La confianza

8 de Mayo de 2024

Diana Loyola

La confianza

4440a8865788455d9cfc6bd8e038c9ec

Alguien que dijo que en este mundo es muy difícil confiar. ¿De verdad? Pensé, ¿será tan difícil?. Para mí son palabras tan fatalistas como irreales, pero me doy cuenta del camino que he recorrido para no creer que así sea.

Parte de lo que he aprendido a hacer es a confiar en mi instinto. La intuición (como algún día lo leí de Jodorowsky) es la comunicación que tiene el futuro con nosotros, así que entre más escucho a mi cuerpo y a la voz que me murmura las repuestas, más confianza y certidumbre siento. Aplica para situaciones, personas, decisiones… es una cuestión de abandonarse a la experiencia, sabiendo que si ésta sale bien, gano y si no, siempre puedo aprender, identificar errores o cambiar la estrategia. Es sentir certeza de que me puedo arriesgar sin salir con las manos vacías. Una sensación de tranquilidad.

Según observo nadie la tenemos fácil, todos somos seres en proceso constante, aprendemos y nos equivocamos, hacemos la vida antes que la vida decida qué hacer con nosotros y también decidimos cuándo, cómo, en quién, dónde y de qué manera vamos a entregar nuestra confianza. Ahí radica mucho de nuestro poder, de saber cuidarnos en vez de transitar los días con desconfianza y resquemor.

Una gran lección me la dio un vendedor de condición muy humilde, no tenía cambio para cobrarme unos dulces que mis hijos y yo ya nos comíamos, y me dejó ir a cambiar mi billete con una gran sonrisa, diciéndome “aquí la espero”. Muchos pensarán que no tenía opción, pero sí que la tenía, podía haber tomado el billete y tratar de cambiarlo él mismo, pudo también enojarse y lanzar improperios y malos modos (ya no podíamos devolverle los dulces), o pedirme que tomara más productos a manera de poder darme el poco cambio con el que contaba. En fin, pudo decidir mil cosas, pero resolvió confiar en mi y en que regresaría para pagarle y además con la mejor actitud posible ¡cuando pudo perder la poca ganancia que iba a tener ese día!.

Me queda claro que optar por la confianza es algo muy personal, pero también creo que la calma que da es un elemento valioso que brinda calidad de vida. No digo que podamos existir pensando en que nadie nos va a fallar o que todo saldrá bien, por eso insisto en que una evaluación previa y seguir la intuición son factores claves al momento de decidir. Además, siempre podemos ganar en experiencia.

Por otro lado, tengo la impresión que las personas desconfiadas tienden al victimismo, a la fatalidad, atraen situaciones de decepción, desencanto o desilusión con más frecuencia y sienten que desconfiar es mejor que aprender a evaluar dónde sí y dónde no ceder.

Confiar en que no nos vamos a fallar a nosotros mismos es un gran primer paso, después este sentimiento de tranquilidad permea en la vida que está fuera de nosotros. No le demos oportunidad de perder ese poder a la gente que sin consciencia abusa. Sugiero.

¡Hasta la próxima!

@didiloyola

Te Recomendamos: