Líder birmana romperá el silencio sobre crisis de los rohinyás

12 de Mayo de 2024

Líder birmana romperá el silencio sobre crisis de los rohinyás

birmania
FADEL SENNA / AFP

Presionada a nivel internacional, Aung San Suu Kyi pronunciará el 19 de septiembre un discurso sobre la situación en Rakáin

Rangún. La dirigente de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, saldrá de su silencio sobre la crisis de los rohinyás la próxima semana en un discurso televisado, un anuncio que poco antes de una reunión de la ONU este miércoles sobre esta urgencia humanitaria. El Consejo de Seguridad de la ONU debía reunirse a puerta cerrada a las 15:00 GMT para abordar la violencia en el estado birmano de Rakáin (oeste) y la consecuente marea humana de refugiados rohinyás hacia Bangladesh La exdisidente y premio Nobel de la Paz está siendo duramente criticada por la comunidad internacional por su posición ambigua sobre la situación de esta minoría musulmana en Birmania. Presionada para expresarse a nivel internacional, pero intentando mantener un frágil equilibrio en sus relaciones con el poderoso ejército birmano, Suu Kyi pronunciará finalmente el 19 de septiembre un discurso televisivo sobre la situación en Rakáin.

AFP PHOTO / K.M. ASAD

La líder birmana “hablará de reconciliación nacional y de paz”, anunció el miércoles ante la prensa su portavoz, Zaw Htay. En su único comentario oficial en referencia a esta crisis, durante una conversación telefónica la semana pasada con el presidente turco, Suu Kyi denunció la “desinformación” sobre los rohinyás y defendió la acción del ejército. El miércoles por la mañana, Suu Kyi canceló su viaje a Nueva York a finales de septiembre para asistir a la Asamblea General de la ONU. En esta misma tribuna, la otrora icono de la democracia había prometido el año pasado que defendería los derechos de la minoría musulmana.

Crisis humanitaria

Según la ONU, que califica el hecho como “un ejemplo de limpieza étnica de manual”, unos 379 mil rohinyás se han refugiado en Bangladesh para huir de la violencia que estalló en Rakáin desde finales de agosto. Las autoridades locales y las organizaciones internacionales no consiguen hacerse cargo de esta marea humana. Los refugiados llegan a Bangladesh agotados, desamparados, tras días de marcha bajo la lluvia y poniendo en peligro su vida. En un hospital del distrito bangladesí de Cox’s Bazar visitado por un equipo de la AFP, una de las salas estaba totalmente repleta de refugiados rohinyás heridos, la mayoría de ellos por bala, pero algunos por minas antipersonales. Los gemidos de dolor de un adolescente de 15 años que había perdido sus dos piernas rompían el silencio estremecedor del lugar. Los médicos no le daban mucho más tiempo de vida. A pocos kilómetros de allí, más allá de los dantescos campamentos de refugiados transformados en un barrizal por las precipitaciones, el río Naf, frontera natural entre los dos países, seguía trayendo cadáveres de refugiados que fallecieron en su huída. En una carta abierta al Consejo de Seguridad, una decena de premios Nobel hicieron un llamado el miércoles a la ONU para que tome “acciones audaces y decisivas” para resolver esta crisis en Rakáin.

Apoyo de China

La reunión de la ONU se anuncia dividida: China, el primer inversor extranjero en Birmania, reiteró el martes su “apoyo” a Birmania y elogió “sus esfuerzos para preservar la estabilidad de su desarrollo nacional”. Los rohinyás, tratados como extranjeros en Birmania, un país en donde más del 90% de la población es budista, son considerados apátridas a pesar de que algunos estén instalados desde hace generaciones. La líder birmana se enfrenta sin embargo al auge de los budistas extremistas estos últimos años. Y sobre todo a la gran autonomía del ejército birmano, que se mantiene con fuerza en esta zona de conflicto y controla tres ministerios cruciales: Interior, Fronteras y Defensa. (FADEL SENNA / AFP). DA

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