Manlio Fabio Beltrones podría ser al Partido Revolucionario Institucional (PRI) lo que Andrés Manuel López Obrador es para un segmento de la izquierda.
Es un personaje capaz de contribuir significativamente a la reproducción del grupo, a su sobrevivencia y éxito en la búsqueda del mantenimiento o acceso al poder.
Esa capacidad está mencionada en la literatura sobre liderazgos desde la antigüedad y en el renacimiento: quien mejor la sintetizó en Los Discursos y El Príncipe fue Nicolás Maquiavelo.
En ninguna situación de conflicto, la guerra o en la política, continuaciones mutuas por distintos medios, puede entregarse o dejarse por completo el liderazgo en personas que no son hábiles en cantidad suficiente como para asegurar la permanencia del grupo por encima de otros grupos, tribus, partidos.
En el PRI existía una cuasi desesperación pese al éxito electoral del 7 de junio de la cual Manlio es el nombre de la medicina que alivia.
Ahora tienen esperanza de retener la Presidencia.
Si AMLO tenía una preferencia de cerca de 40% según la encuesta de Reforma de la semana pasada, y Manlio no aparecía ni en los primeros cinco lugares, con certeza su próxima formalización como líder todopoderoso del PRI, lo catapultará a un lugar mejor que el que generosamente la encuesta de ese diario le concedió, por ejemplo, al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tan duramente afectado, como el conjunto del gobierno, por la fuga de El Chapo de un penal de alta seguridad en una entidad que gobernó el actual Presidente de la República y que no ha cambiado de partido en el poder desde que existe el PRI.
Manlio fue la más sabia opción demandada por el grupo; la alternativa simplemente era impensable en la lógica de la reproducción del grupo de que hablaba Maquiavelo.
AMLO, por su cuenta, es claramente el único vocero creíble, por ahora, de entre todos aquellos que puedan desafiar al poder acumulado por la coalición encabezada por el PRI. Ese es probablemente el origen de la simpatía por él, incrementada respecto de la que se registra a favor de Margarita Zavala. AMLO tiene la capacidad y es percibido como el personaje que puede enfrentarse peligrosamente al PRI.
Zavala podrá crecer únicamente si es capaz de demostrar y convencer a un grupo mayor de que ella es la única manera de su sobrevivencia.
Ese grupo mayor, de interés más universal, solamente puede ser el conjunto de la sociedad menos partidizada. La sobrevivencia de ese grupo requiere de candidaturas probablemente diferentes a las de Beltrones o AMLO… habrá que demostrar la consistencia de la hipótesis.
De ahí, de esos supuestos, que la disputa se dará en un escenario mayor, no solamente en los partidos aunque sí principalmente en su seno para acceder a las candidaturas.