El quinto año

26 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

El quinto año

LUIS M CRUZ

1. Al momento de iniciar el quinto año de la administración Peña se perciben dos etapas. La primera parecía fulgurante, en el que se lograron concretar los procedimientos políticos y legislativos para lograr la agenda amplia del Pacto por México, que posicionara a nuestro país en el mejor ánimo del mercado; se trató del “Mexican Moment”, en el cual el horizonte era de un despegue prometedor.

Siguió un segundo tiempo en el que debían aterrizar las reformas pero súbitamente cambió el entorno interno y externo y se rompió el consenso necesario. Surgieron “problemas de implementación” que requerían oportunidad, capacidad y flexibilidad para irse adaptando pero llegó otra vez, como diría Paco Taibo II, la tragicomedia mexicana.

  1. El equipo responsable de la implementación se empeñó en un plan preconcebido que no reconocía eventualidades; así, la reforma en Telecomunicaciones ha procedido con severas restricciones que han dado lugar a claroscuros. Si bien se redujeron tarifas en los servicios y hasta desapareció el cobro por larga distancia, los jugadores siguen siendo prácticamente los mismos, con un par de cuasi monopolios aún limitando el desarrollo de un mercado competitivo que permita realmente contar con banda ancha, convergencia tecnológica y precios accesibles en el sector.

La reforma educativa tuvo que avanzar a distintos tiempos, dada la resistencia del magisterio disidente en Guerrero, Oaxaca y Chiapas principalmente, que obligara a adoptar distintas velocidades en su implementación, que es al final de cuentas la mejor manera de llevarla a cabo. El costo político ha sido, no obstante, más elevado de lo que se hubiera pensado.

  1. La reforma energética, con todo la que mayores valoraciones traía para agregar puntaje al crecimiento económico, prácticamente se ha pospuesto por la revolución de los precios bajos en el mercado, dominado por la abundancia, casi incontrolable, de petróleo barato, lo que ha atajado las grandes inversiones. Se festina una subasta, casi remate, de los campos petroleros de aguas profundas, pero nada de eso habrá de evitar que la gasolina, el gas y la electricidad suban de precio el año próximo con un impacto de 1% adicional en el índice de inflación.

En el plano hacendario, si bien le ha dado suficiencia de recursos a un presupuesto cada vez más mermado por los recortes, ha traído aparejado el malestar de los contribuyentes empresariales y cautivos, que son quienes han seguido sosteniendo la recaudación. El llamado “pacto fiscal”, que significa no más ni nuevos impuestos una vez que ya fueron aumentados, ha llegado a sus límites, pues no aporta al crecimiento, que en promedio, ha sido tan mediocre en estos cuatro años como lo fue en los sexenios azules: difícilmente promedia el 2% anual.

  1. Ni de lejos parece que la aportación de las reformas al crecimiento económico será tangible. Se habló de que la reforma de telecomunicaciones aportaría un punto al producto, la energética otros dos en tanto que la laboral y financiera significarían un punto adicional, con lo que estaríamos creciendo al 5 ó 6% para finales del sexenio.

  1. El cambio en la perspectiva del país, que ahora perfila un futuro inmediato realmente negro, con hostilidad del gobierno entrante de los Estados Unidos, el muro y el fin del TLCAN como lo habíamos conocido, es la peor parte del arranque del quinto año de la administración. No habremos de crecer como se había pensado y prácticamente todos, las agencias, los predictores y los inversionistas, están midiendo a la baja las perspectivas del crecimiento mexicano: 2.1% este año, y 1.8% para el 2017, con lo que ninguna de las reformas estructurales habrá de significar algo en el bolsillo de la gente, que será lo que cuente en 2018.