En estas vacaciones, me desconecté totalmente. Buceé, leí, cociné y tomé siestas. Me escapé unos días a Xcalak, un pueblo remoto ubicado entre la frontera de México y Belice del lado mexicano, en donde sorprendentemente aún no llega la señal telefónica, ni celular. Todo contacto es vía radio marítimo, correos electrónicos, así como por internet y sus aplicaciones. Un día mientras regresaba de bucear, quise checar mis correos y no pude verlos. Al principio sentí una gran angustia, pero me di cuenta que esos dos días sin internet resultaron ser lo mejor que me podría haber pasado al obligarme a estar más presente en mi vacación y descanso. Mi mundo se cerró y únicamente me enteraba de lo que pasaba en este hermoso pueblo. Al conectarme, también me di cuenta, que no pasó nada.
A veces tienen que pasar cosas drásticas para darte concientizarte de hábitos personales que son muy evidentes, pero que están tan arraigados, que ya ni los registras. Esos días me di cuenta de lo mucho que la vida digital lleva mano sobre todo lo demás en mi vida. Continuamente estamos revisando nuestro teléfono, leyendo correos, consultando redes sociales y recibiendo todo tipo de notificaciones. Así, desconectada, entendí lo importante que resulta estar presente y lo gratificante que resulta apagar el celular. Aprendí que el celular te distrae de observar y disfrutar de los pequeños placeres que te ofrece la vida.
No hay hora del día, ni espacio, en el que no estemos disponibles. Tan es así, que luego ni siquiera podemos sentarnos para comer, sin sacar nuestro teléfono y verlo de reojo. Hoy, checar tu correo mientras estás en el baño o durmiendo con tu celular cerca de tu cama es considerado normal. Todos usamos nuestro teléfono para mandar mensajes, correos, consultar internet y estar más “conectados”. Según un estudio de la Asociación Mexicana de Internet publicado en el 2016 pasamos en México más de 6 horas conectados diariamente al internet. La actividad más importante que realizamos es acceder a redes sociales ¿Sabías que México ocupa el 4 lugar en cuanto a usuarios de Facebook y Spotify, así como el 5 lugar en Instagram, Twitter y Netflix? Según el Pew Research Internet Project en Estados Unidos 67% de los usuarios de celulares checaban su teléfono para ver sus mensajes, alertas o llamadas, aún cuando su teléfono no estuviera sonando o vibrando. 44% de los usuarios de celulares duermen con sus celulares porque quieren asegurarse que perderán llamadas, mensajes o actualizaciones durante la noche. 29% de los usuarios describieron su teléfono celular como “algo sin el cual no pueden vivir”. Según el Meeker Report, un usuario de teléfono inteligente ven en promedio su celular 150 veces al día. En lo personal, cuando por algún terrible descuido de mi parte salgo de casa sin mi celular, me siento desprotegida, vulnerable.
Sin duda, esta conectividad, tiene que tener un impacto en nuestra salud. En un estudio realizado en la Universidad de Gothenburg en Suecia, encontraron que el uso intensivo de celulares impactaba nuestros patrones de sueño, así como nuestra salud mental e incluso su uso excesivo podía generar síntomas de depresión en tanto hombres como mujeres. ¿Será bueno en el largo plazo no tener siquiera un pequeño descanso, sobre todo cuando hoy ya no es socialmente correcto no estar conectado? ¿Cómo afectará nuestras vacaciones la tecnología?
Un sin fin de estudios han encontrado una correlación entre vacaciones y una mayor productividad, ya que todo ser humano mientras más descansado esté, es más productivo. Mark Rosenking de Alertness Solutions encontró que una vacación puede impactar el desempeño de un individuo en su trabajo en un 80% y el tiempo de reacción de los vacacionistas se incrementa en un 40%. Es evidente que las vacaciones son para cargar energía y reducir los niveles de estrés ocasionados por el trabajo. Sin embargo, ¿no necesitaremos además de tomar un descanso físicamente, también tomarlo mentalmente y olvidarnos de la tecnología?
Ahora que iniciamos el 2017 y el tema del momento son las dietas para limpiar tu organismo y todo tipo de cosas para cuidar la salud, considero que debemos darnos tiempo para liberarnos de nuestra continua necesidad de estar conectados y estar más presentes. Apaga tu celular, desconéctate. Ten esa fuerza de voluntad para priorizar tu vida sobre la digital. Te invito a que este 2017 estés en donde estés, te olvides de todo y te dediques a disfrutar de los placeres simples que ofrece la vida apagando siquiera un rato tu celular.
Espero que tengas un fabuloso 2017 y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!