Hilos conductores recurrentes

14 de Mayo de 2024

Ricardo Eguia

Hilos conductores recurrentes

Ricardo

Pese a que busco ser asertivo, empático y optimista seguimos viendo un país cansado de que nada cambie, de que todo se repita...

Va quedando atrás, en aparente olvido y total impunidad la orgía y la barbarie panista con sus decenas de miles de muertos y desaparecidos sin investigación y obvio sin justicia ni resarcimiento de daños irreversibles a las familias de innúmeras víctimas inocentes...A Calderón solo le faltó la reforma a la ley de panteones para legalizar las fosas clandestinas en ese oprobioso uso de las Instituciones y del Ejército con el pretexto del narco, pero más contra la ciudadanía inerme, desprotegida y que desde su vulnerabilidad exige cambios para restablecer los mínimos estándares de seguridad pública.

Hechos sucedáneos y secuenciados siguen hoy agobiando al país con mortandades, desapariciones forzadas, violencia, execrables horrores, complicidades, complacencias, solapamientos concertados y gran erosión institucional pues no solo se repite la tétrica métrica genocida calderoniana sino que según mediciones de los expertos rebasaron en enero pasado esa oprobiosa numeralia...

No caben en el México de hoy “hechos alternativos” pues la verdad de los números y de las evidencias son fáciles de encontrar y soportan el rigor en el tratamiento de los datos, así como la convicción de que hay correlación causa-efecto.

Ahora manipulando los mismos hilos conductores recurrentes los partidos y la clase política cupular utiliza el prematuro distractor de la sucesión presidencial adelantada e inician la misma sibilina coreografía pre-electoral rudimentaria con los mismos sainetes, descalificaciones abominables en la puja agigantada con la que intercambian cínicamente hechos de corrupción como manido resultado del mercantilismo y del saqueo al erario público por los sempiternos negociantes hegemónicos de la mala política con la que estabilizan el desastre nacional-insoslayable, pero todo ello y en repetido “elogio de la locura” imponerle a México la militarización ad-perpetuam con otra Ley draconiana en proceso y de supuesta seguridad interior que no solo convalide la violación a la Constitución por diez años consecutivos de las fuerzas armadas en las calles, sino facultarlas con otra norma anticonstitucional a ejercer ad-infinitum labores de policía y de Ministerios Públicos.

¡Y que quede claro, comparto con la mayoría de la población el respeto y la admiración a las fuerzas castrenses....pero lo que me parece una tragedia es que las utilicen en labores policíacas sin estar capacitadas para ello y sin que les guste hacerlo, según las palabras del Sr. Secretario de la Defensa Nacional!

Pero eso no es óbice para eludir ese tema de fondo y asaz trascendente, menos cuando la comunidad internacional ubica a nuestro país al final de la cadena evolutiva darwiniana.

Hipotética la abstracción demagógica con la que se pretende aprobar esa Ley de Seguridad militarizando las labores civiles de prevención y persecución de los delitos como si por arte de magia fuera la solución al gravísimo problema de la violencia, del crimen y del narcotráfico...eso no sucedió en los pasados diez años y no tendría porque suceder solo al embrujo de otra ley anticonstitucional.

Para evitar la ausencia de futuro en el ánimo con justo enojo popular, los partidos políticos en el Legislativo no solo deben encabezar la exigencia para el esclarecimiento pleno de las catástrofes abominables perpetradas por la criminalidad, sino también de los autores intelectuales, así como de los funcionarios públicos y las policías coludidas y/o inmiscuidas en esa sangrienta “guerra” inútil donde México pone los muertos y los nefastos daños colaterales mientras que los EUA pone solo los adictos que se multiplican por millones, el lavado de miles de millones de dólares producto del comercio ilegal de los estupefacientes y las armas para que los cárteles sigan sembrando el terror acá y le sirvan a Mr. Trump de miserable pretexto para “insinuar coloquialmente” el envío de tropas acusando cobardemente de medroso al Ejército mexicano, lo cual es oprobioso y totalmente inaceptable.

Alguien dijo y no sin razón que mientras México siga siendo un país de pobres, seguirá siendo un país violento...

De ahí que los partidos políticos y la clase gobernante no pueden ni deben tratar de ignorar los problemas ancestrales derivados de la economía ficción que ya han hecho eclosión y mucho menos escudarse en el “savoir faire” de enriquecerse sin bridas, saquear al país con prisas y sin pausas, para otra vez y en ese saltinbanqueo eterno envilecidamente ahora tratar de parapetarse detrás de las fuerzas armadas mediante un bodrio de Ley anticonstitucional que a la par implicaría declararle la guerra a la población civil, a la cordura y al civilismo con toda esa cauda de graves riesgos de totalitarismo hipertrofiado para someter a la población mayoritariamente honesta a un Estado radicalizado y maniqueo cuyas camarillas recicladas han agrietado al país al hacer de la política solo pingues negocios sucios atentando contra los intereses nacionales concitando el total rechazo y la condena colectiva por la ausencia total de compromiso con la ciudadanía.

Angustia y rechazo contundente de la población mexicana a la abierta amenaza de tierra calcinada con la militarización y que con esa “Ley de seguridad se imponga al país otro “Plan Colombia”que tampoco erradicó la producción y la exportación de cocaína, solo favoreció el injerencismo de losEUA y la proliferación de la guerrilla así como de grupos paramilitares en desastrado revoltijo con el quese instauró el derecho a la fuerza y no la fuerza del derecho y que aquí con esa Ley que se cocina tortuosamente en el Legislativo puede ser temerariamente extrapolada pretendiendo orwelianamente que “La guerra es paz”.

Alarma el apasionamiento de facciones partidistas de distintos colores y de la peor jaez su obstinación por sepultar el civilismo...

¡Despreciable que después de gastar miles de millones de pesos en supuesta “santa lucha” para sanear, fortalecer y capacitar a las policías federal y estatales, ahora de manera incomprensible se exalte el militarismo como trampa para en otra maniobra de escapismo truculento y con esa inquina contra la población , sacrificar la vocación civilista de México!

No procede tampoco la militarización policiaca sobre todo con la entrada en vigor del Sistema de Justicia Penal Acusatorio oral que requiere de una policía científica...No confundamos: Lo prioritario e inaplazable es la reforma al modelo policial y no el protocolo de actuación de las fuerzas armadas que siempre debió ser lo accesorio y/o lo extraordinario, lo temporal y muy claramente acotado ¡no lo ordinario!

Hoy menos que nunca resulta ser el momento en el que México practique el “paso de la muerte” del civilismo al militarismo pues la “unidad nacional” es hoy una burda entelequia.

Pocos aceptan dar al gobierno el beneficio de la duda frente al nuevo y procaz adversario exterior y las razones son obvias: La población intuye que Mr. Trump y la oligarquía mexicana disputan por el botín y por viejas cuentas pendientes entre delincuentes de “cuello blanco”, asimismo la población mexicana hastiada de la corrupción amontonada no acepta ya “abrazar” a los funcionarios venales que se enriquecen saqueando, malversando y desviando los recursos públicos, sepultando al país con otra deuda pública colosal y esfumada.

No se puede pedir hoy unidad al pueblo por funcionarios que ayer y hoy son las mismas élites recicladas que lo han atacado, menospreciado, ignorado y burlado de manera mezquina.

El llamado a la “unidad” anti Trump es interpretado por la población como simple oportunismo y un intento para que se olviden los gobernadores prófugos y de los otros intocados, así como burla secuenciada cuando año por año la “Auditoría Superior de la Federación” al revisar las cuentas públicas documenta con atingencia y profusión de elementos de prueba los impunes saqueos al erario público por la misma caterva de artífices del desastre nacional.

¡Guerra eterna!...no quieren que la guerra acabe ya que (cito a Orwell de nuevo) el objetivo de la guerra permanente es mantener al pueblo ignorante, pobre, sumiso, sojuzgado y preso del miedo para que nunca proteste contra los abusos, las injusticias, los vejámenes y se resigne a seguir condenado a una existencia miserable.

¿Para eso quieren militarizar al país y para siempre?

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