Reducido ingreso familiar, la gran deuda de Peña

26 de Abril de 2024

Reducido ingreso familiar, la gran deuda de Peña

Una elevada deuda e informalidad hereda esta administración al nuevo gobierno, y una fragilidad financiera que corre mayores riesgos frente a una eventual crisis económica cíclica en Estados Unidos

De 2007 a 2013, una persona podía comprar, con un salario mínimo a valor presente, 800 gramos de chuleta cruda de cerdo o dos kilogramos de pollo entero o 500 gramos de bistec crudo de res. Desde octubre de 2018, ese mismo salario alcanza un poco más, para comprar 900 gramos de chuleta o 2.3 kilogramos de pollo o 600 gramos de bistec.

En el último semestre de la administración del presidente Enrique Peña Nieto si bien se dio un incremento histórico al salario mínimo, a pesar de ellos sigue siendo un micro salario comparado con el máximo histórico que se tuvo en 1972, con Luis Echeverría, el cual a valor presente era equivalente a 290 pesos, y con ese dinero una familia podía comprar tres kilogramos de chuleta de puerco o 7.4 kilogramos de pollo o 1.8 kilogramos de bistec. La diferencia del ingreso mínimo de 1972 al actual es de 223% adicional.

Enrique Peña Nieto tuvo suerte y no padeció una crisis económica severa como la que vivieron sus antecesores Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox. Eso le permitió conservar una relativa estabilidad económica, mayor control de la inflación, mejoras en los salarios reales, pero con empleos de mala calidad, y un incremento de la deuda que significará un alto costo financiero por pagar y distraerá recursos para los programas sociales. En suma, deja como herencia unas finanzas frágiles.

›En un escenario de mayores tasas de interés en México, a niveles de la crisis de 2008, y un mayor costo del dinero en Estados Unidos por la política monetaria de la FED para 2019, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador recibirá al país con una deuda neta de casi 550 mil 600 millones de dólares, el monto más alto en la historia mexicana.

Ese pasivo corresponde a la deuda interna y externa, que equivale a 47.1% del PIB nacional.

Hasta septiembre pasado, el saldo de la deuda neta interna fue de 348 mil 300 millones de dólares, esa cifra es mucho más del doble del pasivo interno que recibió Felipe Calderón (154 mil 373 millones). Eso se tiene en momentos que la tasa del Cete a 182 días se ubica el nivel más alto desde septiembre de 2008 con una tasa de interés de 8.40% y los Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal (Bonos M) también reportan tasas de interés con máximos en una década.

Y la deuda externa neta a septiembre reportó un saldo de 198 mil 300 millones de dólares, 63% o 76 mil 600 millones más respecto al saldo que tenía Calderón cuando asumió el poder.

Salario chiquito

De acuerdo a los cálculos propios de ejecentral, con el poder adquisitivo de la moneda a octubre pasado, el salario mínimo registró un incremento real (al eliminar la distorsión de la inflación) de 15.5% con Peña Nieto, la recuperación más importante en más de 40 años, sólo superada por el 24.6% real que aumentó en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1971-1976). Con el poder adquisitivo a octubre pasado (conocido como valor presente), durante el sexenio de Felipe Calderón y al menos en el primer año de Peña Nieto el salario real se mantuvo en el mismo nivel (de 2007 a 2013).

“Fue un sexenio con suerte, no como el sexenio de Calderón que estaba creciendo y vino la crisis más drástica después de la Segunda Guerra Mundial. La estabilidad que le dio al gobierno de Peña no caer en crisis económica externa, permitió que (el Banco de México) lograra un mejor control de la inflación y eso permitió también una mejora de los salarios reales”, explica el director de Análisis Económico y Bursátil de CiBanco, Jorge Gordillo Arias.

Según miembros del equipo de López Obrador, el próximo año el salario mínimo será de 101 pesos, es decir 14.3% más en términos nominales (acompañado de la inflación del periodo). Ese monto estaría en el nivel del registrado en 1992 en el cuarto año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Incluso desde hace un cuarto de siglo, el salario mínimo abandonó el nivel de los 100 pesos.

Para el desarrollo del país importa mucho el ingreso de las familias, porque puede ser el motor de la economía a través del consumo. Por ejemplo, las ventas de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) que agrupa a más de 100 cadenas comerciales, el año pasado vendieron 1.63 billones de pesos (más o menos, lo que equivale al 7.0% del PIB), esto a pesar de en el 54% del sexenio de Calderón, la facturación de todas las tiendas con más de un año de operación fueron negativas.

Con todo y el repunte del salario, a un mes de que concluya el sexenio de Peña Nieto, el 57% del tiempo de su administración, el mismo indicador de la ANTAD fue negativo. En 2013, solo un mes tuvieron comportamiento positivo, en todo 2012 fue negativo y el año pasado en 11 meses hubo contracción en las ventas.

Más empleo, mal pagado

Si bien Peña Nieto definió a su administración como la del empleo, registró el incremento tanto de trabajos formales e informales. Por un lado aumentó 25% el número de asegurados permanentes en el Instituto Mexicano del Seguros Social (IMSS), al pasar de 16.29 millones de trabajadores al cierre del sexenio de Calderón a 20.36 millones hasta octubre. Por otro lado, a septiembre, esa población en empleos informales marcó su máximo histórico con 14.8 millones de personas, 27.7% o 3.2 millones de personas más respecto al nivel mínimo.

Considerando empleos formales, informales y empleados de gobierno, a septiembre había 54 millones de trabajadores. Sin embargo, 62 de cada 100 de todos ellos carecían de servicios de salud relacionados a su empleo. Fueron 33.4 millones sin el servicio, la cifra máxima en los datos “históricos” del Inegi, cuya memoria data de 2005.

Además, en el gobierno de Peña Nieto viene creciendo el número de trabajadores con menor salario. Por ejemplo, este año, quienes gana un salario mínimo y quienes cobran entre uno y dos salarios mínimos tiene máximos históricos. Sumando ambos casos son 24 millones de trabajadores.

Por el contrario, del máximo de 8.5 millones que ganan más de tres a cinco salarios mínimos, con Calderón, con Peña se registró el mínimo histórico en 2016 con 6.3 millones de personas. A septiembre eran 6.9 millones de trabajadores.

Este año, también se reportó el mínimo histórico de los trabajadores que ganan más de cinco salarios mínimos con 2.2 millones de trabajadores. Hay una gran diferencia frente a los 5.3 millones que tuvieron ese ingreso con Calderón.

Las amenazas

Aunque las finanzas mantienen cierta estabilidad, en este momento la certidumbre para inversionistas es vital, sostiene Jorge Gordillo Arias de CiBanco, porque en el mediano plazo habrá por los ciclos naturales de la economía, una crisis o desaceleración económica en Estados Unidos.

“En los últimos ocho episodio de crisis o de desaceleración económica en Estados Unidos, siete nos han mandado al piso”, detalla Gordillo.

Es por eso que a unos días de que Andrés Manuel López Obrador se convierta en el presidente constitucional de la República, ante el asomo de una crisis en Estados Unidos.

Por el momento, los mercados todavía no alcanzan a digerir el costo financiero que tendrá cancelar la construcción del aeropuerto en Texcoco y otras iniciativas que se cuecen en el Congreso dominado por Morena. Incluso, el banco inglés Barclays no descarta que la Reforma Energética se someta a un referéndum, confirmando la incertidumbre sobre las políticas públicas que más allá de mejorar el desempeño económico, sería para “satisfacer las demandas populistas”.

Esa incertidumbre se verá con el programa de ingreso y gasto para 2019. En el que se verán las estrategias y metas macroeconómicas, en materia de ingresos, gastos, deuda y tarifas públicas. Esto en el documento mejor conocido como Criterios Generales de Política Económica.

La certidumbre del mercado para los inversionistas se deberá reflejar en la ley de ingresos y el presupuesto de egresos para el 2019 (...). Debe ser una señal que vaya acorde con las promesas de campaña en el sentido de tener un ejercicio responsable y participación del sector privado en la economía para el crecimiento y el desarrollo”, señalan Alberto Saavedra y Gustavo Mendoza, de la consultora privada Santamarina y Steta.

López Obrador prometió un gasto austero para canalizar recursos a programas sociales y proyectos de infraestructura. Sin embargo, ese discurso parece distar de la realidad, al menos así lo considera el economista en Jefe de Barclays para México y América Latina, Marco Oviedo.

Barclays estima que el presupuesto para 2019 sería el equivalente al 19.6% del PIB. Considerando los gastos fijos anunciados por López Obrador y otros rubros quedaría el 4.4% del PIB para programas sociales.

Sin embargo, dice Barclays, ese dato no es consistente con el gasto de 2018 que a “programas de desarrollo social y económico” sin considerar inversión y salarios directos fue el equivalente al 6.0% del PIB. Lo cual, el proyecto de AMLO en 2019 tendría un déficit equivalente al 1.6% del PIB.