Trump al basurero

26 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Trump al basurero

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Funcionarán los anticuerpos de la democracia: Donald Trump no alcanzará la Presidencia de los Estados Unidos.

  1. Elecciones presidenciales norteamericanas.

Estamos a un año de la realización de las elecciones presidenciales norteamericanas, en las que el actual titular del Ejecutivo, el presidente Barack Obama, no puede ser reelecto.

El próximo 8 de noviembre de 2016 tendrán lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Adicionalmente, se renovarán las 435 curules de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, 34 miembros del mismo. Es decir, todo el poder político estará en juego entre los demócratas y los republicanos, siendo el norteamericano un sistema político bipartidista basado en la mayoría simple, sin representación proporcional alguna.

Un primer paso que la clase política ha dado para pelear a puño limpio en las próximas elecciones, es el resolver el dilema presupuestal de aquél país. El Congreso finalmente aprobó un presupuesto suficiente para los próximos dos años, evitando con ello los amagos de caída del gobierno (shutdown) que en plenas elecciones habría gravitado contra los intereses republicanos; también, aprobaron el techo de endeudamiento hasta el 16 de marzo de 2017, con lo que evitan cualquier posibilidad de impago en el año electoral. La deuda externa de los Estados Unidos es ahora de 18.1 trillones de dólares, que podría rebasar los 20 trillones para ese año. Entre lo acordado, está la disminución de las reducciones automáticas que se habían venido realizando, con lo que el presupuesto federal habrá de incrementarse en 111 mil millones de dólares, con más dinero para los militares y para la seguridad social, lo que evitará que esto sean temas electorales.

Con la solución al tema del dinero público, el proceso electoral prácticamente ha iniciado destacando el desarrollo que están teniendo los procesos internos de cada partido. En el Partido Republicano, entre un decena de tiradores sobresale el impresentable Donald Trump, que concentra 23% de las preferencias; afortunadamente empieza a ser rebasado ha por Ben Carson, afroamericano que tiene 29% de las preferencias, en tanto que otros contendientes más “políticos”, como el senador Marco Rubio cuenta actualmente con 13% de las preferencias; lejanamente, le siguen el senador Ted Cruz de Texas, así como Jeb Bush, quien ha perdido ímpetu y se le ubica actualmente con el 8% de las posibilidades. Trump intenta hacerse del apoyo del ala radical, el llamado “Tea Party”, si bien el sentimiento antiTrump sigue creciendo en otros segmentos del público norteamericano.

Por ahí se inscribe el sentimiento del voto hispano, que le es contrario a Trump, así como un par de iniciativas mexicanas para influir en este sesgo; una, que encabeza Jorge G Castañeda y que le reclama al gobierno mexicano el no asumir un rol ante los constantes insultos y desafíos de Trump (“proud to be mexican” se llama su iniciativa mediática) y, dos, la que habrá de emprender la canciller Claudia Ruiz Massieu, buscando cabildear en algunos centros de pensamiento sobre la vitalidad de las relaciones entre los dos países.

En lo que se refiere al segmento demócrata, destacan las candidaturas de Hillary Clinton, ex Primera Dama (y su más pesado handicap) y el senador por Vermont Bernie Sanders. Hillary Clinton lleva la delantera con un 49% de las preferencias, en tanto que Sanders le sigue con el 29% y remontando. El actual vicepresidente Joe Biden declinó su participación, lo que pareció allanarle el camino a Clinton, quien, sin embargo, ha ido cayendo del 60% que tenía hace dos meses hasta el 45% en promedio actual, derivado del escándalo de sus correos electrónicos investigados por el FBI y el desgaste de imagen, además de una menor empatía con el grueso del electorado demócrata, lo que ha propiciado el crecimiento del senador Sanders.

  1. Trump al basurero.

El impresentable Donald Trump sigue a la cabeza en los republicanos, si bien los analistas piensan que podría ganar la candidatura pero no podría alcanzar la Presidencia, dado el sentimiento antihispano que ha inspirado y que le sería necesario para llegar a la Casa Blanca. Trump es un “contra” de la política, inclusive de la republicana, pues está en contra de la globalización, de la apertura comercial, de los bajos impuestos, de la baja regulación y de un movimiento poco restringido del capital y el trabajo. En realidad, Trump es un populista de derecha, que buscaría crear un ambiente empresarial más proteccionista y aislacionista, poco propicio a nuevas inversiones para los Estados Unidos.

En su libro “Crippled América” (América incapacitada), que es prácticamente un anatema electoral, Trump describe cómo impondría sus políticas y obligaría a otros a pagar por ellas, como en el caso de México, al que impondría gravámenes para cruces fronterizos, expedición de visas y hasta, dice, confiscaría –sí, confiscaría dice—las remesas de los connacionales bajo el cargo de que provienen de remuneraciones ilegales. Sí que Trump es un desgraciado.

El apoyo que tiene proviene sobre todo de su posición antimigratoria, así como una posición de “halcón” ante el resto del mundo, sobre todo frente a China y México, siendo por ende, un enemigo declarado del Acuerdo Trans Pacífico y hasta del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Las encuestas de CNN sobre escenarios de la elección presidencial muestran que Trump perdería las elecciones generales sin importar quién fuera el contendiente demócrata, en tanto que Ben Carson podría ganar la Presidencia en caso de ser electo candidato republicando, aprovechando el desgaste de los demócratas en el poder. Una elección de Trump en el Partido Republicano llevaría a este partido a una derrota frente a Clinton o Sanders por un margen entre 5 y 9 puntos, respectivamente.

En el caso de que Ben Carson fuera el candidato republicano, éste podría derrotar a Clinton por un cerrado margen del 1%, en tanto que vencería por 2% a Sanders.

En lo que se refiere a los calendarios, los procesos electorales primarios tendrán lugar del 1º de febrero iniciando con Iowa y New Hampshire al 1º de marzo de 2016, cuando se realicen las elecciones primarias en la mayoría de los Estados. Del 18 al 21 de Julio se realizará la Convención Nacional del Partido Republicano, en tanto que el 25 de julio está prevista la Convención Nacional del Partido Demócrata.

Concluidas las convenciones, inicia la campaña presidencial propiamente dicha y las campañas congresionales. La elección presidencial y las del Congreso, como ya se ha mencionado, tendrán lugar el 8 de noviembre de 2016. La democracia no podría volver a suicidarse, como sucedió en la República de Weimar en 1933; la democracia, en este caso, requiere deshacerse del desgraciado de Trump de una manera contundente. Ni el discurso del odio, ni el rechazo a los extranjeros o el desprecio a las mujeres y las minorías pueden ser una opción en una de las principales democracias del Siglo XXI. Por fortuna, los mecanismos de defensa de la democracia, como es la libre exposición de las ideas y el flujo irrestricto de la información, empiezan a crear los anticuerpos necesarios para que Trump se vaya a donde pertenece, que es el basurero de la historia.

  1. Aprobación Ley de Ingresos.

Con la aprobación de la Ley de Ingresos por el Senado y la Cámara de Diputados en doble vuelta (es decir, los diputados enviaron la minuta al Senado, éste la modificó y devolvió a la Cámara Baja, que finalmente aprobó lo que los senadores cambiaron), el proceso presupuestario entra en su recta final. Ahora, corresponde a la Cámara de Diputados ejercer su facultad exclusiva y sobre esta base, un techo de 4.8 billones de pesos para el gasto público, aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2016.

La Ley de Ingresos quedó esencialmente como la había enviado el Ejecutivo Federal; en el Senado se devolvió el gravamen a los refrescos azucarados a un peso por litro, en un extraño caso en donde desde la sociedad se pedía sostener el impuesto, sin considerar que en realidad se trataba de un incentivo fiscal para el consumo de bebidas de menor cantidad de azúcar, es decir, las bebidas “light”, pero así fue, en el Senado se sostuvo el gravamen de un peso por litro.

La otra parte sensible es la corrección en algunas proyecciones, como la cotización del tipo de cambio y la eficiencia recaudatoria, que le proveen, al menos en los números, unos 17 mil millones de pesos adicionales en la recaudación, para pasar de 4.7 a 4.8 billones de pesos brutos. Este margen ha sido interpretado como el retorno de las partidas discrecionales duramente criticadas por la sociedad, de donde surgiera el problema de los “moches”. Entre los diputados, sobre todo panistas, ha habido malestar porque Hacienda mandó en ceros esas partidas de pavimentación, cultura y deportes que se asignaban a los legisladores aduciendo que éstos también son gestores, por lo que habrán de dar lugar a controversias y nutrir las notas de color que deriven del debate presupuestario.

Al momento, en el Senado se dijo que tales asignaciones se autorizarían con la disposición de auditoría “en caliente” por la Auditoría Superior de la Federación, en abono a la transparencia.

En el sector empresarial, por supuesto, se percibe el malestar porque, dicen, no se consideraron sus propuestas para elevar la deducibilidad inmediata a 100 millones de pesos (hasta 250 millones pedían), si bien en el Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos) obtuvieron la posibilidad de no emitir facturas en transacciones hasta de 250 pesos.

El PAN, por su parte, habrá de insistir en su estrategia contra el IVA parejo en las fronteras, buscando establecer en el Presupuesto de Egresos cualquiera de dos cosas: los fondos fronterizos compensatorios, o una Zona Especial para la Frontera, otra vez, recordando aquellas zonas libres que alguna vez existieron. Lo que en el PAN no han podido responder, es por qué razón deben pagar menos impuestos en la frontera, cuando en las zonas más pobres del país como la Montaña de Guerrero o el Valle del Mezquital en Hidalgo, se paga el IVA al 16%.

  1. Retrasos en la agenda legislativa.

Los tiempos del presupuesto van bien, la Cámara de Diputados dispone hasta el 15 de noviembre para aprobar el PEF 2016, que, han dicho los diputados, habrá de consumir hasta el último minuto disponible.

Sin embargo, los otros temas de la agenda legislativa viven la parálisis. Al periodo ordinario restan 10 sesiones útiles y ninguno de los temas enviados por el Ejecutivo Federal parece estar entre las prioridades.

Subsisten en Comisiones de la Cámara de Diputados, el paquete relativo a la Disciplina Financiera de Estados y Municipios, como también la de la creación de las Zonas Económicas Especiales y la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (LOAPF) para crear la Secretaría de Cultura; en tanto que en el Senado, aún por dilucidarse están el paquete legislativo relativo a Seguridad Pública (el mando único en el Gobernador; la desaparición de Ayuntamientos infiltrados por el crimen organizado así como la redistribución de competencias entre Federación y Estados contra el crimen organizado), el Código o Ley Penal Unico; el paquete legislativo Anticorrupción (que habrá de involucrar veinte leyes, incluyendo seis de nueva creación); la desindexación del salario mínimo; la creación del Seguro de Desempleo; vamos, hasta la facultad de legislar en materia de Víctimas, no obstante que la Ley General de Víctimas ya ha sido expedida. También, el Ejecutivo Federal ha anunciado que enviará al Congreso dos iniciativas más, en materia de Desaparición Forzada y contra la Tortura.

En cambio, el ánimo legislativo se ha visto animado para debatir el tema de la legalización médica y/o recreativa de la marihuana, en cuyo abono está el amparo concedido por la Primera Sala de la Suprema Corte a un grupo de cuatro ciudadanos para la producción y consumo del alcaloide, así como con los nombramientos de los dos nuevos integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, asunto en el que, por cierto, se ha descartado el senador Raúl Cervantes, quien diera origen a esa polémica en el sentido de preservar la autonomía de la Corte que en realidad disfraza la pugna entre la “carrera judicial” o los internos en el Poder Judicial, y los externos o provenientes de cuotas políticas.

¿Qué exhorto cabe? Pues a que se aborde la agenda sustantiva, así sea de forma no polémica, en las reuniones de coordinación entre los poderes. A ese paso, no le quedará otro recurso al Ejecutivo Federal que recurrir a la “iniciativa preferente” para aquellos casos de reformas legales que requiera sean votados en el Congreso dentro de un determinado periodo ordinario de sesiones.

  1. Buena marcha de la Reforma Financiera.

A contrapelo de la reforma en Telecomunicaciones, que parece estar cocinando un revés con el diferimiento legislativo del “apagón” analógico –otro tema que ha capturado el imaginario congresional--, la reforma financiera está reportando datos bastante positivos en lo que se refiere al financiamiento para impulsar el dinamismo interno de la economía.

Los datos reportados por el Banco de México sobre el desempeño del crédito bancario revelan una recuperación muy interesante, que pudiera estar explicando el desempeño de la economía mexicana cuando muchas otras del área latinoamericana están enfrentando dificultades, más allá de la vinculación que tenemos con la poderosa economía del norte.

El crédito al consumo ha crecido espectacularmente, en un 5.7% anualizado. En este gran total, destacan el crédito a las actividades empresariales, es decir, actividades productivas, que han crecido 14.1% en el año; el crédito a la vivienda se ha avivado en un 10.2%, en tanto que el crédito de nómina ha crecido en 18%, sustituyendo en mucho la caída del financiamiento en tarjetas de crédito, que ha decrecido -0.6% en el año.

Los créditos personales se han incrementado un 7% y los financiamientos para bienes duraderos lo han hecho en 8.8%. En conjunto, lo que estas cifras quieren decir es que el crédito se ha expandido como resultado de la reforma financiera y está sosteniendo el dinamismo interno, con financiamientos a los sectores multiplicadores de la inversión productiva, la generación de empleos y el fortalecimiento del patrimonio de los usuarios.