Trump. Los días de furia

26 de Abril de 2024

Trump. Los días de furia

TEXTURIZADOS 71      4

Acostumbrado a poner la pistola en la mesa para obtener lo que quiere, Trump mantiene en suspenso el futuro de la paz en el mundo

El mundo se sitúa en un momento crítico y puede cambiar de dirección bruscamente en un abrir y cerrar de ojos. Depende de que Donald Trump pueda avanzar en su agenda que, completa o a medias, mantiene bajo amenaza a una serie de temas que pueden modificar los caminos de las democracias más sólidas. Conforme se escribe este texto, el presidente de Estados Unidos mantiene en vilo los destinos del Acuerdo Nuclear con Irán, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, de 800 mil dreamers, de la paz en la península asiática, de la liga deportiva más poderosa del mundo, de sus tres poderes de gobierno y de la libertad de expresión a través de la prensa, por tan sólo mencionar algunos. Hoy más que nunca aquellas advertencias sobre el carácter del presidente de Estados Unidos resuenan ante la posibilidad de que, a través de acciones ejecutivas o declaratorias de guerra, pueda desviar su agenda y alienar a sus aliados, como lo advirtió el Washington Post en uno de sus artículos publicados esta semana, que describe el enojo y la frustración bajo la que se encuentra Trump ante la imposibilidad de avanzar “empresarial” y verticalmente su gobierno y agenda. La necesidad de generar resultados que alimenten su discurso e imagen ante la base que lo mantiene en el poder, provoca que asuntos tan graves, pero estridentes como el Acuerdo Nuclear con Irán se vean amenazados y, con ello, la ya de por sí inestable zona de Oriente Medio. A pesar de que Israel, Reino Unido, China, Francia, Rusia y Alemania, aparte de observadores intencionales, están del mismo lado en que el acuerdo es la mejor forma de evitar que a mediano plazo Irán se pueda armar con una ojiva nuclear, la prensa norteamericana ha reportado en varias ocasiones la intención de Trump de sacar a Estados Unidos del acuerdo, en línea con el discurso que lleva ofreciendo a su electorado durante un par de años en campaña. Corea del Norte es otro de los temas que Trump heredó y de los cuales más raja mediática logra. Tener a un personaje como Kim Jong-un del otro lado del ring geopolítico hace un gran espectáculo noticioso, pero a nivel bélico preocupa a más de uno en la comunidad militar estadunidense. Las amenazas de Trump para terminar con el régimen de Kim Jong-un han sido bien escuchadas en el comité del Premio Nobel, que este año otorgó su premio por La Paz a La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares, (ICAN, por sus siglas en inglés). La coalición global trabaja para promover la adhesión al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y su plena aplicación. La campaña ayudó a lograr este tratado y hoy el mensaje del Comité Nobel los reconoce ante la propuesta de carrera armamentista que Trump promociona en los medios a través de su confrontación con Corea del Norte. Una vez terminado el espectáculo, la amenaza de una eventual respuesta militar por alguna nación de la región, ya sea Corea del Norte, del Sur, Japón, China, Rusia o Estados Unidos es quizá uno de los temas de mayor relevancia en el escritorio del presidente más poderoso del mundo y, a la vez, el más vulnerable. Por si fuera pequeña la amenaza, Trump contradice la política de su secretario de estado Rex Tillerson al decir que sólo pierde el tiempo en intentar por la vía diplomática con Norcorea. El ambiente amenazante, fuera y dentro de la Casa Blanca, y la inestabilidad de la mayor potencia internacional se han trasladado a campos que no se creían importantes en momentos: la NFL. La querella entre Trump, la organización y sus jugadores por las protestas contra la inequidad racial y el abuso policial contra minorías en Estados Unidos han pasado de los medios a las amenazas reales por parte de Trump. En su serie de tuits matutinos, el presidente de Estados Unidos se preguntaba si habría que revisar el código fiscal de la NFL para repensar las contribuciones que tendrían que hacer al servicio tributario. Sin explorar a fondo las causas de las controvertidas protestas, el presidente decide por lo visceral y alimenta a su base con otro espectáculo mediático, pero de consecuencias potencialmente dañinas para una sana organización de entretenimiento. En el contexto de un Donald Trump amenazante en sentido general, México siempre ocupa un lugar especial en su rencor. Los temas preferidos de campaña han resultado para mala suerte de nosotros, temas que golpean fácil y directamente a México. Del TLC al muro, pasando por los dreamers, México se encuentra en el ojo del huracán de la venganza de Trump y su base. Cualquier necesidad para romperse en caso de emergencia recae en la posibilidad de que Trump suspenda el acuerdo, termine con la estancia de los dreamers o condicione el presupuesto a cambio de que de alguna forma se pueda construir de manera simbólica el muro fronterizo. Justo en medio de la cuarta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio, la delegación mexicana comenzó a endurecer su posición públicamente ante lo que parece ser el inicio de las complicaciones de lo que hasta ahora había sido una negociación tranquila. México le tuvo que recordar la colaboración en materia de seguridad y migración, en un mensaje dirigido al jefe de Oficina John Kelly, ante lo que parece ser la intransigencia del gobierno de Trump en temas como el agrícola, el déficit comercial, las controversias comerciales y otros temas inamovibles para el gobierno mexicano y, en cierta medida, también para Canadá. En ese sentido, la amenaza de Trump contra el Acuerdo Comercial seguirá siempre que pueda alimentar esa retórica que le hace pensar a la gente que es un avance de su agenda y proyecto de país. México no está solo en el constante golpeteo de Trump. Los medios de comunicación tradicionales también se ven amenazados de una forma que preocupantemente traspasa los límites del espectáculo mediático que todas las mañanas se genera en las noticias. La amenaza del gobierno por la Procuraduría General de Jeff Sessions en contra de las publicaciones que hacen sobre todo el New York Times, Washington Post, CNN y MSNBC son una realidad. La libertad de expresión plasmada en la primera enmienda se ve por lo mínimo amenazada todas las mañanas en los tuits que el presidente publica. La estabilidad y relación con el partido republicano es otro de los aspectos amenazados por Trump. Poco a poco, de John McCain a Bob Corker, de Mitch McConnell a Paul Ryan, la relación pública y privada se ha ido desmoronando según las cuentas de los pasillos en Washington. McConnell y Trump se han dejado de hablar y han dejado de tomar las llamadas el uno del otro. La dirigencia del partido no tiene confianza ni acceso a una administración que necesita del apoyo legislativo para avanzar y que no lo ha logrado con grandes derrotas como la reciente con Trump Care que nunca fue. Una lista amplia y variada de amenazas son las que gobiernan actualmente una agenda que se guía por el corto plazo. Un hombre acostumbrado a poner la pistola en la mesa para obtener lo que quiere mantiene en suspenso el futuro de aspectos fundamentales para las relaciones y gobernabilidad. De Corea del Norte a Irán, del TLC a los republicanos, las amenazas están puestas. Queda esperar que no jale el gatillo.