Avión mexicano careció de ‘estándares operacionales’

28 de Abril de 2024

Avión mexicano careció de ‘estándares operacionales’

Un informe oficial revela que las deficiencias en el plan de vuelo, y errores en el cálculo de peso y balance de la aeronave contribuyeron al incidente que dejo 112 muertos

Insistencias en el entrenamiento de la tripulación, errores en los cálculos de peso y balance, así como bajos estándares operacionales fueron los factores que contribuyeron al accidente ocurrido el 18 de mayo de 2018, en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, Cuba, en el que 112 personas murieron luego de que un avión de la aerolínea mexicana Damojh S.A. de C.V. -Global Air se estrellara en la fase del despegue.

Once meses después del siniestro, por el cual la Dirección General de Aeronáutica Civil mexicana suspendió por tres meses las operaciones de Global Air, como arrendadora del avión Boeing-737-201 adv que se desplomó en territorio cubano, un informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación en Cuba (CEIAA) en poder de ejecentral reveló que la causa más probable fue por una cadena de errores, en los que predominó el factor humano, es decir, que

el desplome de la aeronave se debió a la entrada en posiciones anormales del tren de aterrizaje.

Anomalías en los registros

Como parte de los factores contribuyentes en el fatal evento que provocó la muerte de 101 ciudadanos cubanos, siete mexicanos, dos argentinos, un ciudadano de origen saharaui y un pasajero con doble nacionalidad saharaui-española, la Comisión de Investigación determinó que hubo errores en el cálculo de Peso y Balance, así como en la confección de la hoja de carga y centrado de la aeronave, la cual habría realizado la empresa Eagle Aviation, que a su vez fue subcontratada por Global Air, empleando los datos preliminares que le envió la aerolínea Cubana de Aviación.

El informe de 103 páginas advierte que, los cálculos primarios (de Peso y Balance) no eran los correctos ni coherentes con la distribución de los pesos reales de la aeronave, pues el peso del equipaje fue inferior al planificado y no fue reflejado en la hoja de registro que no fue corregida por la tripulación con la incorporación de los cambios relacionados con el equipaje y los pasajeros que se hizo de última hora.

“Se detectaron errores en la hoja de peso y balance afectando tanto el peso como el centraje y la posición del trimmer-estabilizador horizontal para el despegue. Esto trae como consecuencia que las acciones del piloto sobre los mandos no correspondan con al comportamiento real de la aeronave pudiendo resultar en un perfil de vuelo errático”, señala la CEIAA.

Si bien la Comisión indica que la masa y el centro de gravedad de la aeronave estaban dentro de los límites operacionales, al comparar el cálculo de peso y balance con la guía real del vuelo se comprobó que hubo “desajustes” respecto al peso y distribución de la carga y equipaje; peso del combustible; peso total del avión en rampa y al despegue; centro de gravedad, y posición del dispositivo trim estabilizador que finalmente fueron considerados como un factor contribuyente del accidente.

La Comisión apunta que la conformación de cabina de pasajeros no correspondía con la utilizada en la hoja de masa y centrado para el vuelo, toda vez que se colocaron 62 pasajeros en el salón delantero, cuando en realidad tenía capacidad para 54; el peso en los compartimientos de carga era incorrecto, según cálculos posteriores; el peso del combustible al despegue excedía al calculado en cerca de cinco mil libras; el peso de despegue inicial era de 99 mil 906 libras, recalculado en 104 mil 20.

Como parte de las acciones pre-vuelo, puntualiza el análisis, dentro de la carpeta entregada a la tripulación se entregó el Plan de Vuelo Operacional, el cual fue preparado y enviado desde México el mismo 18 de mayo, a partir del envío los datos preliminares de carga y pasaje por parte de Cubana de Aviación, los cuales debieron ser puntualizados antes del vuelo.

Como parte de las conclusiones y recomendaciones, la Comisión determinó “recomendar al Estado de Matrícula verificar que el explotador establezca métodos seguros y eficaces para la realización de los cálculos de peso y balance en sus operaciones; así como para la detección y corrección por parte de las tripulaciones de errores significativos en dichos cálculos”.

Como parte de los factores contribuyentes, la CEIAA también señala los bajos estándares operacionales que quedaron de manifiesto en el vuelo. Toda vez que en las constataciones hechas al “explotador”, es decir la aerolínea y su organización de mantenimiento se presentaron brechas vinculadas con algunos problemas detectados en el análisis, los cuales demostraron que: “Las fallas en las buenas prácticas para ejecutar mantenimiento; en los registros de mantenimiento de la aeronave no se evidenció problemas técnicos anteriores, relacionados con los controles de la aeronave, que pudiera incidir en las causas de este accidente; y que el Manual de Referencia Rápida (QRH), encontrado en el sitio del accidente, no era el adecuado”.

El dato.

La causa más probable del accidente fue el desplome de la aeronave como consecuencia de su entrada en posiciones anormales del tren de aterrizaje, indicó la CEIAA.