A más de un mes de los comicios del 2 de junio, los promotores del Frente Amplio por México no han tenido una sola reunión para evaluar los resultados. Este mecanismo se encuentra en estado catatónico, es decir, paralizado, sin estar muerto, y nadie hace algo por reanimarlo.
El dirigente del PRI, Alejandro Moreno, está muy ocupado en buscar cómo mantener el control de lo que queda del otrora partidazo. Su similar del PAN, Marko Cortés, se entretiene peleando con otros liderazgos de su partido; y el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, busca quedarse con los restos del sol azteca.
Y claro, los más contentos con esta oposición dispersa, que no logra salir del shock, son los de enfrente. Así las cosas.