El presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró optimista sobre la estabilidad económica del país y aseguró que, si al final de su sexenio el peso se devalúa, lo hará en la menor medida de los últimos 50 años.
En su conferencia matutina en Palacio Nacional, López Obrador celebró los avances en el bienestar social y económico durante su mandato. Resaltó que, a pesar de las presiones externas, el peso se ha mantenido resistente, y la recaudación fiscal sigue creciendo. “Estamos haciendo un buen trabajo”, afirmó.
El titular del Ejecutivo federal reiteró que, en caso de que el peso sufra alguna devaluación en los próximos días, será la más baja en medio siglo y, contrario a las críticas de sus opositores, defendió la fortaleza del peso, actualmente en 19.88. En este sentido, afirmó que el país sigue en una trayectoria positiva y expresó su deseo de que continúe por el mismo sendero con la siguiente administración a cargo de Claudia Sheinbaum.
No hay devaluación
El mandatario también rechazó las insinuaciones de que la reforma judicial esté afectando la confianza de los mercados. “No tiene nada que ver”, subrayó, defendiendo la solidez del gobierno y el estado de derecho en México.
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Argumentó que los empresarios mexicanos buscan que haya seguridad un auténtico Estado de derecho con autoridades fuertes por decisión de los ciudadanos. Señaló que se necesita una auténtica democracia, “eso es lo que quieren y tienen mucha información”.
Además, criticó a sus adversarios por su pesimismo y les pidió que “dejen de estar de enojones”. En un tono irónico, sugirió que la única “dictadura” que se avecina será la del proletariado, desestimando las preocupaciones sobre un régimen autoritario.