Flancos débiles, en propuestas de candidatos sobre educación

25 de Mayo de 2024

Flancos débiles, en propuestas de candidatos sobre educación

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Sus planteamientos están muy alejados de las necesidades básicas que se tienen en el sector, revela un estudio realizado por la organización civil Mexicanos Primero

Las propuestas en materia de educación de los aspirantes a la Presidencia de la República se basan principalmente en aumentar el número de becas, impulsar escuelas de tiempo completo, rescatar las estancias infantiles y abrir nuevos planteles de educación media superior o ampliar la oferta de educación universitaria.

Sin embargo, se trata de propuestas alejadas de las necesidades que se derivan del proceso de enseñanza y aprendizaje en el país que, desde la perspectiva de docentes y directivos de instituciones educativas, van más encaminadas a prioridades como mejorar la infraestructura escolar, invertir en la formación continua de maestras y maestros y atender la parte socioemocional de estudiantes y docentes.

Según un sondeo preliminar de la organización civil Mexicanos Primero, las respuestas de alrededor de 500 docentes y directivos sobre el actual modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) –el cuarto en el país en los últimos 30 años–, reflejan grandes diferencias entre lo que los aspirantes presidenciales consideran prioridades educativas y las necesidades cotidianas de los más de 29 millones 489 mil estudiantes en todo México.

“La mayoría considera que la falta de presupuesto, la violencia y el crimen organizado, así como la posibilidad de implantar nuevas reformas educativas, amenazan la calidad de la educación”, señaló la organización a partir de las opiniones recibidas a nivel nacional.

Modelos… ¿de gobierno?

Si bien las ideas y promesas de campaña que hasta ahora han dado a conocer las y el candidato van encaminadas a buscar ampliar o mejorar el actual modelo educativo en el país, lo cierto es que, con base en la experiencia de los cuatro modelos educativos que se han implementado en México desde 1992 hasta la fecha, el hecho de cursar la educación básica no garantiza que la mayoría de niñas, niños y adolescentes obtengan los aprendizajes que plantean dichos esquemas.

Los distintos modelos educativos en las últimas décadas han sido el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) de 1992;
la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) de 2009; el Nuevo Modelo Educativo, impulsado en 2013 y, más recientemente, la Nueva Escuela Mexicana (NEM).

Estos frecuentes cambios de modelo representan una preocupación que complica la labor de los docentes, quienes deben adaptar su trabajo a los nuevos planes y programas —que desde su perspectiva, responden más a los proyectos e intereses de los gobiernos en turno—, sin dejar de dar clases, para lograr que las y los estudiantes alcancen los aprendizajes esperados y sigan adelante en su trayectoria educativa hasta completarla.

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Urge lo básico

Aunado a esa situación, un aspecto preocupante es el hecho de que actualmente el sistema educativo arrastra necesidades elementales para el buen funcionamiento de los planteles y la enseñanza, tales como la carencia o falta de insumos e infraestructura básica como el agua potable, la luz o los servicios de sanitarios.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), para el ciclo escolar 2021-2022, al menos 26 mil 463 escuelas de nivel preescolar, primaria, secundaria y media superior, tanto públicas como privadas en todo el país, operaron sin servicio de luz eléctrica; 56 mil 109 no contaban con agua; 43 mil 558 más carecían de lavamanos, y cinco mil 950 no tenían sanitarios.

En ese mismo periodo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que 127 mil 728 escuelas de preescolar a media superior, equivalentes al 53.7%, no tienen computadoras para propósitos pedagógicos, y 168 mil 163 (70.7%) carecen de conexión a Internet.

Aunado a ello, se constató que 84.8% de las escuelas en esos mismos niveles en el país, alrededor de 201 mil 700 planteles, no tiene materiales adaptados para las necesidades de estudiantes con discapacidad, mientras que 76.6%, 182 mil 196 escuelas, carece de infraestructura adaptada para el mismo propósito.

Al considerar que en las escuelas de educación básica, que van desde el preescolar hasta la media superior, se forma una de cada tres niñas, niños y adolescentes del país, las cifras anteriores representan una “alerta” que deben tener en cuenta quienes aspiran a cumplir con la promesa de una mejor y mayor calidad educativa.

A partir del análisis del sondeo, Mexicanos Primero concluye que “a menos de un año de su implementación, la Nueva Escuela Mexicana (NEM) aún no cuenta con evidencia respecto a resultados de aprendizaje que permitan contrastar si se está respondiendo adecuadamente a las aspiraciones de mayor inclusión y equidad de este nuevo modelo educativo. Tampoco se cuenta con información respecto a su proceso de implementación”.

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