La Iglesia católica y empresarios del sureste mexicano urgieron a las autoridades que atiendan el aumento de la violencia generada por cárteles del narcotráfico en la frontera del sur de México, y atender a los desplazados.
Obispos y párrocos en Tapachula, Chiapas, exhortaron al pueblo a unirse para pedir por la paz de los habitantes de la entidad, debido a los desplazados que ha causado esta situación.
El párroco de la iglesia de San Agustín, Martín Moreno, denunció que hay “situaciones muy difíciles” de violencia, y enfrentamientos inéditos en la región, por la disputa entre el cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación.
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Expuso, además, que los grupos criminales obligan a las personas a estar en retenes o filtros para evitar que se entrometan integrantes del bando contrario, y que de negarse, extorsionan a los campesinos para que paguen dinero por sus cosechas.
“Hay una tendencia de las autoridades a minimizar o a decir que no existe, pero cuando un presidente como el de Guatemala dice: ‘tenemos 800 chiapanecos que están buscando refugio y los vamos a ayudar’, no se puede decir que no existe”, señaló.
“El problema es grave y siguen los enfrentamientos entre estos dos grupos y toman a las personas como carne de cañón”, denunció.
MAAZ