La danzante y probable revolución del cartílago
Una terapia de inyección de nanofibras da esperanza para la regeneración de cartílago en humanos adultos

Esquema de una rodilla normal (izquierda) y otra con osteoartritis (derecha).
/CreativeCommons
Las personas que viven con problemas de cartílago, sea por uso excesivo en el caso de quienes practican ciertas formas de danza o de deporte o por alguna enfermedad como la osteoartritis, lo saben muy bien: los seres humanos adultos no tenemos la posibilidad de hacer sintetizar cartílago nuevo. Sin embargo, existe una firme posibilidad de que en un futuro no muy lejano sí podamos.
Una investigación hecha en la Universidad Northwestern mostró que una terapia de inyecciones de las que llamaron “moléculas danzantes” tuvo la capacidad para reparar tejidos cartilaginosos e incluso revertir la parálisis después de lesiones graves en la médula espinal en modelos animales.
De acuerdo con el reporte de la investigación publicado este viernes en el Journal of the American Chemical Society, las “moléculas danzantes”, inventadas en el laboratorio de Samuel Stupp, son ensamblajes moleculares que forman nanofibras sintéticas que, junto con un compuesto adicional, generan señales para la formación y el mantenimiento del cartílago.
En particular, Stupp y su equipo midieron la estimulación del factor de crecimiento y transformación beta 1 (TGFb-1), una proteína que se ha visto, es esencial para procesos como la fibrosis y la inflamación, pero también para la generación de cartílago y su reparación.
La esperanza cartilaginosa
Apenas tres días del tratamiento fueron suficientes para que las células humanas en cultivo produjeran los componentes proteicos necesarios para la regeneración del cartílago, explica Stupp en un comunicado de la universidad.
Stupp agrega que de las dos preparaciones que probaron, la que tuvo las moléculas con mayor capacidad de movimiento (las más “danzantes”) entre los tejidos y el compuesto adicional “fueron incluso más eficaces (en la estimulación) que la proteína natural que tiene esta función en los sistemas biológicos”.
Por los resultados que obtuvieron, para Stupp y su equipo no hay duda de que sus moléculas danzantes serán eficaces en los estudios preclínicos y los clínicos. “Debería convertirse en un nuevo material bioactivo para la regeneración del tejido del cartílago en las articulaciones”, dijo Stupp.
El equipo de Stupp está en trámites ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para obtener la aprobación para hacer ensayos clínicos en los que se ponga a prueba una terapia para la reparación de la médula espinal.