Omar Bin Omran vivió secuestrado en el sótano de un vecino por 27 años

En 1997, en medio de la convulsión de la guerra civil argelina, Omar bin Omran, un adolescente de 17 años, desapareció sin dejar rastro mientras se dirigía a una institución educativa en Djelfa. Este evento se sumergió en el vasto mar de tragedias que marcó el conflicto en Argelia, dejando a su familia en la desesperación y la incertidumbre.

Durante una década, la guerra civil argelina fue un periodo oscuro en la historia del país. Dejó más de 200 mil muertos y aproximadamente 20 mil personas desaparecidas o secuestradas. En medio de esta espiral de violencia, la desaparición de Omar se perdió entre las estadísticas de la tragedia cotidiana, mientras su familia sostenía la esperanza de encontrarlo algún día.

El hallazgo impactante

Después de 27 años de incertidumbre, la sorprendente verdad emergió a la luz. Omar fue encontrado a tan solo 200 metros de su hogar, en un agujero cubierto de heno, donde había permanecido cautivo durante casi tres décadas. Su secuestrador, un vecino de 61 años identificado como BA, había mantenido en secreto su cautiverio hasta que una disputa familiar lo sacó a la luz.

Tras ser liberado, Omar relató una historia extraordinaria a las personas que lo rescataron. Durante su largo cautiverio, afirmó haber podido avistar a su familia en momentos desde su prisión subterránea, pero un supuesto hechizo lanzado por su captor lo mantenía silenciado y atrapado. Aunque esta afirmación parecía increíble para muchos, resonó profundamente en la cultura local, donde las creencias en la hechicería aún perduran.

Revelación y justicia

La revelación del paradero de Omar surgió de una disputa familiar sobre una herencia, cuando el hermano del captor decidió hacer público el secreto a través de las redes sociales. Este acto llevó a las autoridades y a la familia de Omar a su ubicación exacta, poniendo fin a casi tres décadas de incertidumbre. El captor, un conserje de 61 años, intentó escapar pero fue detenido por las autoridades, enfrentando ahora graves cargos por su prolongado crimen.

Desde su liberación, Omar bin Omran recibe atención médica y psicológica para sanar las profundas heridas físicas y emocionales de su cautiverio. La comunidad y las autoridades se comprometen a brindarle el apoyo necesario para reintegrarse a una vida normal, mientras él se esfuerza por dejar atrás el terror y la oscuridad de su pasado.