Ayotzinapa, de mal en peor

27 de Abril de 2024

Nostradamus III
Nostradamus III

Ayotzinapa, de mal en peor

Nostradamus III

Es imposible pasar por alto un evento importante y lamentable en la vida de nuestro país. En los últimos días, una de las puertas de acceso principales al Palacio Nacional fue derribada ante los ojos estupefactos de quienes paseaban por el Zócalo, de los elementos de seguridad de la casa presidencial y de todos los que vimos inundadas las redes sociales con estas imágenes.

Llamaron la atención varios hechos. En primer lugar, la controvertida respuesta que se dio unos momentos después, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que haría una colecta entre sus colaboradores para pagar la reparación de la puerta.

Luego comenzaron a suceder otras cosas de mayor envergadura que no dejaron de llamar la atención, como las medidas de seguridad que se adoptaron frente a las manifestaciones públicas con motivo del Día de la Mujer. Un grupo de personas que tomó un vehículo de la Comisión Federal de Electricidad para derribar una puerta que sólo había sido transgredida en el contexto de una invasión extranjera, resultó ser percibido como mucho menos peligroso que las mujeres que marchaban en defensa de sus derechos y a quienes se les recibió en el Zócalo con vallas metálicas.

Las contradicciones no quedaron ahí. En los pasillos del Palacio Nacional no cesaban las preguntas sobre si este ataque contra el inmueble perpetrado por los normalistas de Ayotzinapa había sido de alguna manera alentado por otros intereses.

Hubo quienes lanzaron teorías como la del montaje, y también llegaron hipótesis hasta los oídos del Presidente de la República, señalando que los hechos habrían sido planeados por Alejandro Encinas.

Cualquiera que haya sido la causa que motivó estos eventos, lo que queda claro es que la crisis relacionada con el manejo de los hechos de Ayotzinapa no da la impresión de haber sido atendida.

Más aún, persiste un asunto pendiente que genera mucha controversia y preocupación: unos días después de la marcha de los normalistas en el Zócalo, el joven Yanki Kothan, quien fue captado a unos pasos de la camioneta que derribó la puerta del Palacio, fue asesinado por un policía municipal de Chilpancingo, quien después de ser detenido se dio a la fuga, llevándose consigo algunas respuestas a preguntas ineludibles sobre las motivaciones que lo llevaron a cometer este homicidio.

Esta es una historia oscura que aún tiene varios capítulos por escribir.