El cártel que quiere poner orden

28 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

El cártel que quiere poner orden

IDALIA

Hace tres meses a Armando Valencia —líder del Cártel del Milenio, mejor conocido como Los Cuinis— un tribunal en Estados Unidos le negó la reducción de su sentencia. Este es el segundo intento que hace quien fuera considerado, hace unos años, como uno de los capos más poderosos de México, por su nivel de operaciones económicas y su relación con organizaciones colombianas y europeas.

Por ahora el panorama para el capo es permanecer en prisión de 19 a 24 años, a pesar de que negoció con el Departamento de Justicia y se le consideró como un “organizador o líder de bajo” nivel, para así recibir una sentencia menor cuando se declaró culpable por introducir a Estados Unidos cocaína. Esta vez un tribunal determinó que no puede bajarse más su nivel de peligrosidad y, por tanto, no recibirá el beneficio.

Y es que al parecer no ha recibido más beneficios porque es una de las formas de presión que las agencias estadunidenses pretenden ejercer contra la familia Valencia. A qué se debe el interés de los americanos, a que identificaron en los últimos años operaciones a gran escala mundial de esta familia y que los coloca como la organización más poderosa en México y que tiene dos fachadas, Los Cuinis, que dirigen los sobrinos y primos de Armando Valencia, y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), este último al mando de Nemesio Oseguera, amigo de la infancia y parte de la familia, y a quien las mismas agencias de ese país monitorean por sus escondites, que por ahora lo ubican en la zona de Nayarit y Colima.

Desde hace un año, tras derribar un helicóptero del Ejército en Jalisco (el primero de mayo de 2014), de acuerdo con los informes de inteligencia, la organización decidió mantener un bajo perfil y no confrontar más a las autoridades. Las fuerzas federales habían desplegado, desde entonces, en contra de Nemesio Oseguera un operativo de búsqueda y localización que hasta ahora ha permitido la detención de cuatro personas cercanas a su círculo personal y de seguridad.

Las operaciones del cártel han continuado, a pesar de la captura de Abigael González Valencia El Cuini, uno de los líderes, y de Rubén Oseguera, líder del CJNG. Incluso hace dos meses en Uruguay fue detenido su hermano Gerardo González Valencia, junto con 10 integrantes de la organización, acusado de lavado de dinero en ese país y ante una petición de búsqueda internacional de Estados Unidos. Esta captura tampoco ha dañado al cártel.

Hace unas semanas, las agencias de inteligencia detectaron un movimiento que sorprendió, la organización de la familia Valencia y Nemesio Oseguera comenzaron acercamientos con sus socios el Cártel del Pacífico y otros grupos como el Cártel del Golfo, el cártel de la familia Coronel, con la intención, de acuerdo con los primeros datos, de pacificar el territorio y definir nuevos espacios de operaciones en donde puedan todos convivir.

Se trata de los primeros datos, aún escuetos, pero que a los analistas permiten plantear algunos escenarios, uno de ellos es que podrían generarse nuevos enfrentamientos, especialmente en la parte sur del país, como una especie de campaña de depuración y pacificación de grupos más belicosos y que mantienen especialmente el sur de México con mucha tensión, lo que frena las operaciones en esa región de llegada, salida y trasiego de drogas. Son más de dos décadas de explorar en el periodismo, de interpretar los hechos desde un enfoque de seguridad nacional, de aprender y de objetar lo que parece inmutable.