El efecto WikiLeaks

18 de Abril de 2024

El efecto WikiLeaks

Cada filtración fue un golpe letal para Clinton, que cayó entre uno y 11 puntos

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Luis León y Jonathan Nácar

Hillary no se sabía débil hasta que WikiLeaks la desnudó. El primer golpe llegó cuando ella todavía era precandidata. En tan sólo 105 días de campaña recibió cuatro golpes más, todos quirúrgicos y todos provenientes del mismo lugar, la controvertida página de Julian Assange.

Cada filtración fue un golpe letal. La candidata demócrata, cada vez, cayó entre uno y hasta 11 puntos en las encuestas de intención de voto. Aunque parecía que lograba recuperarse, en realidad el avance de su campaña se convirtió en una montaña rusa.

De nada sirvió el apoyo de la familia Obama, de las celebridades de Hollywood o de la élite demócrata, porque la zancadilla llegó desde el interior del propio gobierno. El jefe del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), James B. Comey, en dos ocasiones anunció las investigaciones a las que era sometida Clinton, vinculadas ambas a las revelaciones de WikiLeaks.

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Fue así como estas dos figuras minaron dos de los activos medulares de la candidata, su credibilidad y cuestionaron su capacidad para gobernar Estados Unidos. La derrota fue inevitable.

WikiLeaks reveló miles de documentos en los que se comprueba, entre otras cosas, que Clinton manejó información sensible del gobierno de Estados Unidos, a través de sus correos personales. BARRAS4

Las encuestas de salida del pasado 8 de noviembre confirmaron el derrumbe de la imagen de Hillary Clinton. Seis de cada 10 encuestados se dijeron molestos por el uso de los correos electrónicos privados por parte de la candidata demócrata.

La cadena CNN en su encuesta reveló que 47% de los entrevistados consideró a Hillary como no calificada para ejercer la Presidencia. Es cierto que tampoco calificó de apto a su rival el republicano Donald Trump, con un porcentaje de 60%.

A pesar de que la mayoría del electorado estadunidense no sintió a la candidata ni a Trump suficientemente honestos, al considerar que carecían de su confianza, cuatro de cada 10 ciudadanos votaron por el cambio tras ocho años de la administración del demócrata Barack Obama, y al considerar a Hillary Clinton como parte del grupo en el poder.

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Assange y la caída

Para el fundador y vocero de WikiLeaks ,las publicaciones sobre la correspondencia de la candidata demócrata no buscaron influir en los resultados electorales, desde el 23 de julio pasado, cuando se revelaron las primeras filtraciones hasta el día de la elección, su notable injerencia modificó a lo largo de cuatro meses las tendencias de voto entre los estadunidenses.

A partir de la primera revelación, se empezó a dibujar de qué manera se presentaría la artillería utilizada para influenciar a la opinión pública de Estados Unidos. Ese día se difundieron mensajes de audio que reforzaban la teoría de que el oponente de Hillary Clinton en las elecciones primarias para la obtención de la candidatura demócrata, Bernie Sanders, fue desfavorecido por su propio partido ante la intromisión de su rival político. Las encuestas se movieron a favor del empresario inmobiliario hasta por dos puntos porcentuales.

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Posteriormente, en por lo menos cinco ocasiones las filtraciones movieron la balanza electoral a favor de Trump. Estas revelaciones tuvieron el efecto de golpes quirúrgicos contra la demócrata Hillary Clinton.

El 7 de octubre, WikiLeaks se volvió hacer presente con más de 50 mil documentos filtrados. En esta ocasión se dieron a conocer los discursos privados de Clinton en los que se evidenció la estrecha relación entre ella y los grandes intereses de Wall Street. La gráfica mostró un incremento de dos puntos porcentuales al republicano, 43.6 para Hillary y 46.2 para Trump.

En la recta final de la campaña presidencial ocurrió el golpe letal a la exsenadora. El 27 de octubre, el director del FBI anunció el hallazgo de nuevos correos electrónicos utilizados por parte de la candidata cuando se desempeñaba como secretaria de Estado. En aquella semana ocurrió un nuevo repunte del ahora Presidente Electo hasta por un punto porcentual en las encuestas del periódico Los Angeles Times. Aunque en otras mediciones se calculó que este efecto le costó por lo menos 11 puntos a la ahora excandidata demócrata.

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Ante este escenario, la cargada oficial y del mundo de la farándula hollywoodense no se hicieron esperar. El presidente Barack Obama, aunque un poco tarde, apenas seis días después del anuncio por parte del FBI, cuestionó la actuación del director de la agencia federal de investigación, quien en entrevista para el programa Now This News declaró:

“Creo que hay una norma de que cuando hay investigaciones no actuamos en base a insinuaciones y no actuamos basados en información incompleta ni con fundamento en filtraciones. James B. Comey, dejó transcurrir 10 días antes de reconocer que no había indicios que señalaran responsabilidad legal en el caso de los correos. Lo hizo dos días antes del llamado Súper Martes electoral. El daño ya estaba hecho.

Mientras tanto, las batearías de WikiLeaks aún ofrecían una duda razonable a la ciudadanía estadunidense sobre la transparencia de los demócratas en la competencia electoral, y Julian Assange, quien un par de meses atrás anunció que hubo filtraciones “significativas” que despeñarían la candidatura demócrata. Anunciaba aquel 6 de noviembre, en entrevista, que Clinton “fue la figura clave en la destrucción del Estado de Libia”.

Assange señaló en esa entrevista que los correos demuestran un asunto mucho más importante que la simple irresponsabilidad en la utilización de un recurso técnico estatal. BARRAS0

“Hay un trasfondo que está inmerso en estos correos. Una especie de ‘pago por jugar’, como dicen ellos, que refleja el enorme flujo de dinero que representa intereses de gobiernos, personas y corporaciones específicas”.

A la par de las declaraciones del vocero de WikiLeaks, nuevamente se filtraban documentos sobre la última convención demócrata y con ello se rompían los techos de cristal que ahora, con un poco más de cinco puntos porcentuales en las encuestas de intención de voto realizada por Los Angeles Times, favorecían otra vez al empresario inmobiliario convertido en político.

Antes de la elección se reveló que la Fundación Clinton aceptó un “regalo” de Qatar por 18 millones de pesos, mientras que ese país financiaba al Estado Islámico.

Fueron más de ocho mil documentos que filtró WikiLeaks, relacionados con la exsecretaria de Estado y entre ellos destacan temas de comercio, diplomacia, terrorismo y sobre todo seguridad nacional, todos aspectos que en esta elección fueron determinantes para el ánimo de los votantes.