Con el cine de Charlie Kaufman uno siempre cae en la tentación de querer reducirlo a la sinopsis de la trama, para luego darse cuenta que en realidad no hay trama, y a veces tampoco una sinopsis posible.
Al fin autor total, el tema recurrente de Kaufman siempre es la mente y sus procesos: la creación (Being John Malkovich, Synecdoche, New York), la memoria (Eternal Sunshine of the Spotless Mind), el enamoramiento (Anomalisa). Ahora, en I’m Thinking of Ending Things —su nueva cinta, exclusiva de Netflix— los temas siguen esa línea: la identidad fracturada, la vejez, el cine y los musicales. Si, todo eso.
Una chica (Jessie Buckley) viaja por carretera con su novio —Jake (Jesse Plemons)— para conocer a sus papás. Apenas llevan seis semanas saliendo y la mujer está pensando en acabar la relación. Cuando finalmente llegan a la granja de los suegros, estos (David Thewlis y Toni Collette) se comportan de forma extraña: envejecen y rejuvenecen conforme se alarga la plática, hay cuadros de la novia de Jake en la sala, las dudas se incrementan y se apoderan de la chica: ¿al final quién es Jake?, ¿lo conozco?, ¿no sería mejor abandonarlo todo e irse de ahí?
Se dice que un autor siempre filma la misma película y ello aplica al cine de Charlie Kaufman. La cinta está poblada de las obsesiones clásicas del autor: los procesos mentales, los mundos que habitan dentro de otros mundos, el cine como metáfora de sí mismo.
Las largas pláticas entre Jake y su novia, la cena que no parece tener fin, el extraño tercer personaje, la fractura de la realidad, todo ello se despliega frente a nosotros como una provocación extendida, una invitación a un laberinto que se niega a dar pistas, pero que aún dentro de su complejidad (a veces inasible) no deja de ser absolutamente fascinante.
Basada en la novela homónima de Iain Reid, Kaufman aprovecha los juegos mentales y el despliegue de realidades de la obra original para llevarla más allá: una digresión existencialista sobre el cine, la vejez, la esquizofrenia, los recuerdos y la dualidad sexual.
Como suele pasar con Kaufman, lo suyo es cine que voltea a ver al cine, y en este caso las referencias cinéfilas son constantes: desde la burla al trabajo de cineastas como Robert Zemeckis y Ron Howard, hasta referencias directas a la crítica de cine Pauline Kael y un cierre espectacular que recuerda algunos clásicos del cine musical.
I’m Thinking of Ending Things (Pienso en el Final, por su título en español) es una nueva exploración psicológico-existencial de un director obsesionado con los juegos de la mente. Una cinta inabarcable que demanda verse una y otra y otra vez.