¡Qué les cuento! Carlos Morán, el exdirector del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), quien dejó un desastre durante su administración y a quien le debemos que el país esté en la deplorable categoría 2 en seguridad aérea, ya está buscando otro cargo en la 4T. Y no cualquier cargo, ¿eh? Quiere ser el titular de la Dirección General de Educación Tecnológica e Industrial (DGETI), dependiente de la SEP.
Carlos Morán será recordado como el hombre que más daño le hizo a la industria aérea en la historia reciente, a quien le bastaron seis meses como director del AICM para atentar contra ese aeropuerto actuando con alevosía y ventaja para quedar bien con Ya Saben Quién y para que los viajeros prefirieran el AIFA, peeero se le olvidó que al tener una categoría bananera en aviación NO podemos tener nuevas rutas.
Ese hombre, que salió por la puerta trasera del AICM en plena turbulencia, ahora quiere recuperar la titularidad de la DGETI. Y digo recuperar porque fue director general de 2013 a 2018 y, dicen mis fuentes, Morán no sólo se encargó de llevar a este subsistema educativo a sus más bajos indicadores de eficiencia educativa, sino que la SEP lo suspendió durante 90 días por negligencia administrativa.
De hecho, es recordado por solicitar a sus colaboradores que “no le llevaran problemas” y por dormir en su oficina al mediodía y por la tarde. Así como por su desconocimiento total de las nuevas tecnologías, porque no les entiende.
Ahora, su amigo Juan Pablo Arroyo, subsecretario de Educación Media Superior de la SEP, quiere que Morán Moguel se encargue de la DGETI, puesto que ahora ocupa Rafael Sánchez Andrade, quien fue recomendado por el mismo Carlos Morán.
Me dicen que el subsecretario le pidió la renuncia a Sánchez Andrade, quien no quiere dejar el cargo y ya busca el apoyo de coordinadores estatales para iniciar acciones de “resistencia”.
No crean que la gestión de Sánchez Andrade es miel sobre hojuelas, hay maestros que lo han señalado por asignarle plazas a sus amigos, además de presuntas irregularidades que se han expuesto en las mañaneras. ¡Quihúboles!
Ahora bien, ¿con qué cara Morán busca regresar a su puesto en la SEP, luego de haber dejado un DE-SAS-TRE en el AICM? No es cosa menor, su herencia ha puesto en riesgo la seguridad de trabajadores y pasajeros.
Les cuento que como subsecretario de Transporte impuso el mal hecho rediseño del espacio aéreo, lo que provocó mayores tiempos de vuelo, demoras en el aire y problemas de seguridad aérea por volar cerca de la orografía en el Valle de México, además de tiempos de vuelo excesivos sobre áreas densamente pobladas.
Cuando se encargó del AICM se acabó la recuperación de la industria en el aeropuerto más importante del país y que tiene 50% de las operaciones nacionales e internacionales.
Ojo, también removió empleados eficientes, castigó los sueldos y quitó prestaciones. Y, para colmo, desorganizó la asignación de slots temporales, lo que ocasionó una auténtica kermés en la planeación de itinerarios por parte de las aerolíneas. En pocas palabras, si Morán fuera piloto, estrellaría el avión.
Hoy, la Agencia Federal de Aviación Civil continúa en categoría 2 por deficiencias en la estructura de la autoridad relacionadas con presupuesto, personal calificado y marco regulatorio.
Atentó contra el AICM para darle vuelo al AIFA, pero el aeropuerto mamut (como le llaman al Felipe Ángeles), aún no despega. ¡Mil gracias, Carlos Morán!
Ya veremos si este personaje llega a la SEP o en qué lugar lo acomodan porque AMLO dejó claro que lo iba a “ayudar en otras funciones”, ¡así como lo están leyendo! Así que les recomiendo que vayan por un bolillo para el susto porque la turbulencia continúa.