Mientras que en México se reportan los albergues llenos en el sur, centro y norte por la llegada y paso de migrantes por el territorio —un gran porcentaje de ellos provienen de Haití—, precisamente en ese país la crisis de seguridad escaló ante el aumento indiscriminado de secuestros por parte de bandas organizadas.
Este lunes, ciudadanos en Puerto Príncipe hicieron una huelga general en protesta por los constantes ataques de estas pandillas que cobran desde cientos de dólares hasta un millón de dólares, a cambio de liberar a sus víctimas. Los transportes públicos pararon, también las empresas, las escuelas y oficinas públicas. Las calles quedaron solas este primer día de protestas en la capital haitiana, reportaron medios caribeños.
Este fin de semana estalló en medios internacionales este problema —pero que tiene más de un año ocurriendo en el país caribeño, afectando a todas las clases sociales y va creciendo—, porque fue privado de la libertad un grupo de 17 misioneros de origen estadounidense y uno canadiense, de la comunidad Christian Aid Ministries, con sede en Ohio.
Las autoridades locales acusaron a la banda 400 Mawozo, que opera en la comunidad de Ganthier, al este de la capital. Al líder de esta pandilla se le identifica como Wilson Joseph, a quien se persigue en Haití por asesinato, secuestro, robo de automóviles y secuestro de camiones que transportaban mercancías.
La desaparición de los misioneros ya provocó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) a intervenir para preservar la vida de sus agentes, ya que distintas fuentes han reportado a medios estadounidenses que se trata de una pandilla grande y poderosa.
A la crisis política y económica en Haití se suma el incremento de inseguridad en el territorio, desde donde los pobladores están huyendo a distintos países en Centro y Sudamérica, con la intención de encontrar trabajo o iniciar su recorrido a Estados Unidos, vía México.
A pesar de las críticas condiciones que se viven en ese país, el gobierno mexicano ha repatriado a centenares de haitianos a su país, y no se ha preocupado por extender los espacios de refugio ni ha creado opciones laborales que les permitan una estancia en el territorio mientras legalizan su situación, ya que sus vidas corren peligro si son deportados.
DATO. En lo que va del año se han registrado más de 600 secuestros; en todo 2020 fueron 231 casos.