El gobierno de Donald Trump cambió el lunes el estatuto de cuatro medios estatales chinos a los que considera "órganos de propaganda” de Beijing, y sus instalaciones en Estados Unidos serán consideradas “misiones
diplomáticas
extranjeras”.
“Para asegurar una mayor transparencia de entidades dirigidas por el Partido Comunista chino en Estados Unidos, ordené designar a cuatro órganos de propaganda de la República Popular China más como misiones diplomáticas extranjeras”, tuiteó el secretario de Estado, Mike Pompeo.
“A partir de ahora, deberán remitir al Departamento de Estado la lista de su personal” y sus “bienes inmobiliarios”, explicó a periodistas el secretario de Estado adjunto, David Stilwell.
Esa medida contra la Televisión central de China, la agencia China News Service, el Diario del Pueblo y el Global Times se suma a otra similar tomada en febrero contra otros cinco medios chinos.
Esa decisión de febrero marcó en el terreno de los medios un aumento de la tensión entre ambas potencias que ya estaban enfrentándose sobre la gestión del nuevo coronavirus.
A fines de aquel mes, tres periodistas del diario The Wall Street Journal (WSJ) fueron expulsados de China en represalia por el titular de un artículo que Pekín consideró racista.
Washington, de su lado, redujo fuertemente la cantidad de chinos autorizados a trabajar en Estados Unidos para medios de su país
Beijing replicó ordenando la expulsión de otros corresponsales del WSJ, del New York Times y el Washington Post.