Economía Morral aplicada

11 de Diciembre de 2024

Mauricio Flores
Mauricio Flores

Economía Morral aplicada

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A diferencia de lo que se intentó con singular éxito (porque ello contribuyó esencialmente al derrumbe desde dentro de los gobiernos autoritarios de Europa del este) con la llamada Economía Centralmente Planificada, la Economía Morral (también llamada Economía Moral) del actual régimen mexicano carece precisamente de planeación o cosa que se le parezca: buena parte de los propósitos, acciones y obras de los últimos cinco años son resultado de las humoradas, arranques, revanchas, berrinches e ilusiones de Andrés Manuel López Obrador. Todo metido en un solo costal.

Algo, empero, en que la Economía Morral es superior respecto a su tío mayor —la Economía Centralmente Planificada— es en la capacidad de generar asombro, preocupación y risas (muchas) entre propios y extraños.
En la lógica cuatroteísta, la reedificación de estatismo mexicano pasa por crear un leviatán generoso y dispendioso capaz de ganar a manos llenas para felicidad sin fin de los mexicanos, generando un círculo virtuoso de producción-consumo, inversión y diversión del cual este columnista se siente capaz de hacer una descripción del modelo de tan dichosa circularidad. De hecho, es tan, pero tan circular que todo cabe metido en mismo morral, desde ciencias ocultas hasta marxismo new age.

La economía de la pureza, la economía moral, requerirá operadores no tan santos como lo que acaba de suceder con Adrián Cervantes, cabeza visible de Biossmann (del que desprenden Medicus y Plarre) que anda presumiendo que ganó la mitad del contrato para aplicar anestesia en el Instituto Mexicano del Seguro Social, de más o menos 3 mil 500 millones de pesos… y que gracias a su relación con el empresario fintech, Alexis Nickin, tiene la manera de que la otra mitad del negocio vaya a dar a las compañías que representa Roberto Madrazo… sí, el mismo, al que le adjudican el financiamiento a Latinus y campañas mediáticas contra el actual gobierno.

Redondez redonda del círculo

Ahí les va una de las muchas aplicaciones posibles que serán la delicia del o la próxima presidente (a) del país mientras que Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, se truena los dedos y la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, trata de hacer que como que no ve los modelos cuánticos de la Economía Morral.

Considerando que, de acuerdo con los nuevos libros de texto de primer año elaborados por el equipo del doctísimo Marx Arriaga, los círculos no son una figura geométrica, considerémosle como punto de partida la nueva bodega-farmacia gigante que López Obrador ha planteado para, de una vez por todas, acabar con el desabasto de medicamentos, es posible vincular esa gran bodega con los eficientes sistemas de pago y cobranza del Banco del Bienestar que lleva Víctor Lamoyi; ello garantizaría que aquellos que requieran medicamentos no necesiten ir a recogerlos en alguna distante y pulgosa clínica o destartalado hospital público.

Viajes viajados del Bienestar

La Giant PharmaStore, en alianza con Banco del Bienestar, tienen posibilidades casi infinitas. Por ejemplo, por cada 100 pesos de compra se puede dispensar puntos como un monedero electrónico, pero sólo canjeables en bienes y servicios desarrollados por el gobierno de la transformación, en vez de dilapidar el dinero del pueblo en contratar a las malvadas y corruptas empresas privadas. Vaya, esos puntos son canjeables por vuelos de Mexicana del Bienestar que deberá estar ya volando para diciembre de este año con sus 10 aviones obtenidos de Boeing. Claro, se quiso obtener esos aviones con los camaradas rusos del consorcio Sukhoi Corporación de Aeronaves Unidas, nada más que ellos no ofrecen crédito, lo cual ocasionó la decepción de camaradas como el subsecretario de Educación Pública, Luciano Concheiro, mientras que los cerdos capitalistas sí lo hacen. Ni modo.

Pero volviendo al canje de los puntos de Giant PharmaStore, a su momento de redimirse en Mexicana del Bienestar con boletos sencillos, podrían generar un aliciente adicional cuando se vuele hacia el también aeropuerto gubernamental de Tulum; esos puntos extras será redimibles directamente en taquilla —con la finalidad de generar empleos— para viajes en el comodísimo Tren Maya en la categoría de lugareños (la primera clase machuchona está reservada para turistas con varo, muy capitalistas los infames, pero con varo) en un solo tramo de trayecto por el sureste mexicano.

Esto, para incentivar a hacer más gasto en la Giant PharmaStore y en Mexicana del Bienestar y el Tren Maya para comprar los boletos de regreso al lugar de origen. ¡Pum! Negocio redondo. Claro, para que los viajeros no se sientan estafados, recibirán los libros de superación personal del camarada Paco Ignacio Taibo II, así como acceso ilimitado a los podcasts de Elizabeth García Vilchis para que se entretengan e ilustren en asuntos edificantes del supremo gobierno durante su regreso a sus hogares.

Puede ser que alguien opine que ese círculo tiene el fallo de origen por el hecho de que las medicinas en el sector público son gratuitas…. ¡pero no es así! Con tan cantidad de desbasto, la mitad de los pacientes del IMSS y del ISSSTE tienen que comprar en farmacias privadas; esto, más que un problema, es un área de oportunidad, pues se les puede ofrecer los medicamentos que no tienen en las clínicas a través de Banco del Bienestar con un módico pago que no incluya gastos de entrega con el beneficio de recibir puntos ya no de viaje, si no de gasolina made in Dos Bocas.

¿Ya vieron cómo sí se puede?

@mfloresarellano

floresarellanomauricio@gmail.com