Gobierno “congela” proyectos para combatir la pandemia

23 de Abril de 2024

Gobierno “congela” proyectos para combatir la pandemia

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De 24 programas de inversión para fortalecer al sistema de salud y que salvarían vidas, porque se trata de insumos esenciales contra Covid, 16 tienen un avance de 0%, revelan los datos oficiales de la base de datos de Obra Pública Abierta

Ventiladores para uso pediátrico, equipamiento para reconversión hospitalaria, servicios de rehabilitación pulmonar, espirómetros, sistemas de terapia de oxigenación, camillas, refrigeradores y estetoscopios… esos proyectos de compra tendrán que esperar, aunque la pandemia de Covid-19 siga latente. Hasta la semana pasada, México era el cuarto país con más muertes en el mundo a consecuencia del nuevo coronavirus, el séptimo con más casos activos y el quinto con más pacientes en estado crítico en los hospitales. Pese a la emergencia, el gobierno federal parece no tener prisa en adquirir los insumos para salvar vidas.

ejecentral revisó la base de datos de Obra Pública Abierta (OPA), alojada en la página de Transparencia Presupuestaria de la Secretaría de Hacienda, en la que se observa que desde la irrupción de la epidemia, el gobierno federal lanzó 24 proyectos de inversión para ampliar la capacidad de respuesta del sistema de salud ante la emergencia. La mayoría deben estar listos para este mismo año, pero la documentación oficial evidencia un notable retraso.

De los 24 proyectos, dos están concluidos, cuatro tienen un avance superior a 50%, uno reporta 40% y uno más ha progresado 14 por ciento. El resto, 16 proyectos de inversión en infraestructura de salud, tienen un avance de cero por ciento, a pesar de que tienen un presupuesto autorizado por mil 990 millones de pesos.

Otra vez los niños

A finales de 2020, los diputados federales aprobaron un presupuesto de 33 millones 825 mil 600 pesos para la adquisición de 30 ventiladores pediátricos y pediátricos neonatales que serían utilizados en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cosío Villegas” (INER), uno de los principales centros de atención e investigación del país para la atención de la pandemia.

Los beneficios parecen inobjetables: “Adquisición de equipo para la rehabilitación de pacientes post Covid-19, permitiendo la disponibilidad de la administración de oxígeno para estabilizar y reestablecer a los pacientes”. Sin embargo, a tres meses de que concluya el año, el INER no ha obtenido uno sólo de esos equipos.Actualizada al 12 de agosto de este año, la base de datos de la OPA revela que los respiradores no se habían adquirido cuando faltaban pocos días para el regreso a clases del 30 de agosto, y cuando se temía un repunte de los contagios entre menores de edad debido a las concentraciones en las aulas y por tratarse de un sector de la población que aún no está vacunado contra el nuevo coronavirus.

Una de las razones por las cuales se han dejado de obtener insumos básicos para el control de la pandemia, a pesar de que la cuota de decesos que ha pagado México es muy alta, la explicó la semana pasada la revista científica The Lancet, que analizó la respuesta de los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a la contingencia de salud.

De acuerdo con la publicación, “los regímenes populistas se sienten atraídos por el “Punt Politics” (entendida como “política de la papa caliente”) porque su objetivo es obtener beneficios políticos, no maximizar los resultados de salud. Una característica definitoria de los regímenes populistas es valorar y priorizar el poder como un objetivo final, en lugar de un medio y, en el caso de una pandemia, esto implica que la adopción de políticas (o la falta de ellas) no se basará en priorizar las necesidades de salud, promover la confianza o fomentando el cumplimiento de la población”.

¿Reconversión máxima?

De los 16 proyectos de obra pública para responder a la pandemia y que permanecen congelados, el más costoso es uno que debía ser operado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y que tiene un presupuesto aprobado por mil 548.1 millones de pesos para “equipamiento para la reconversión máxima de unidades médicas con atención a pacientes Covid-19”.

Según la argumentación del IMSS, “con el programa se beneficiaría a toda la población que se contagie con el virus Covid-19. Con la adquisición del equipamiento médico se incrementaría la calidad, eficiencia, y capacidad resolutiva de la atención de casos afectados con el virus”. No obstante, el avance es de 0.5% hasta agosto.

Diseñado para estar listo para el último día de 2021, dicho programa fue concebido para darle sustento a la palabra empeñada del presidente López Obrador de que ningún mexicano que contraiga el virus se quede sin una cama de hospital, aunque expertos del Departamento de Salud Pública de la UNAM sostienen que la reconversión hospitalaria no es necesariamente la mejor estrategia contra la pandemia, ya que los esfuerzos se concentran en acciones reactivas, en lugar de impulsar las preventivas.

El segundo proyecto más costoso, pero que sigue empantanado, debía estar a cargo del IMSS; se denomina Programa de equipamiento médico para la rehabilitación pulmonar del paciente con enfermedad por Covid-19, y tiene un presupuesto aprobado por 222.3 millones de pesos. Según la ficha de programa, “se pretende adquirir dos mil 352 equipos para la implementación del servicio en 106 unidades médicas”, pero su progreso es de cero por ciento.

Al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) se le adjudicó el proyecto denominado Adquisición de equipo médico para atención de pacientes con Covid-19. Con una meta de inversión por 254.3 millones de pesos, el programa busca “fortalecer las unidades médicas que atienden a pacientes con Covid-19 y permitir la ampliación de la capacidad de atención de éstas para una mejor atención y manejo de los pacientes dentro de la pandemia”.

En la descripción del programa se detalla que la adquisición de equipo consiste en 100 carros camilla para adulto, 20 campanas de flujo laminar, 40 aspiradores de succión continua, 40 refrigeradores verticales para medicamentos, 20 unidades de anestesia intermedia, carros camillas para cadáveres, esfigmomanómetros aneroides portátiles, estaciones de diagnóstico de pared, estetoscopios de cápsula doble, estuches de diagnóstico hospitalario, laringoscopios, lámparas de examinación, monitores de signos vitales y detectores de venas por infrarrojo.

Pero hasta el 12 de agosto, nada se había comprado.

En su análisis sobre el actuar del gobierno mexicano ante la epidemia, la revista The Lancet hace una breve reseña sobre el sistema de salud mexicano y resalta la improvisación con que se echó a andar el Insabi.

Señala: “El gobierno eliminó el Seguro Popular en enero de 2020 y lo reemplazó con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el cual se implementó al azar, sin estructuras de planificación y operativas, y se inició al borde de la pandemia. Nueve gobernadores de partidos de oposición se negaron a unirse debido a la centralización de recursos y reducciones en el poder de los departamentos de salud estatales”.

Proyectos sin despegar

De los 26 proyectos de obra pública que el gobierno del presidente López Obrador echó a andar en los últimos dos años para mejorar el manejo de la pandemia, 12 están en manos del IMSS, para que se presupuestaron dos mil 253.3 millones de pesos.

El Seguro Social es, de acuerdo con la base de datos de la OPA, la institución de salud que mayores avances muestra en la consolidación de los proyectos, pues de seis acciones tienen progresos superiores a 40%, uno reporta un adelanto de 14%, mientras que cinco lucen entrampados.

Después del IMSS, la institución a cargo de más proyectos destinados a resistir la pandemia es la Secretaría de Salud, con nueve acciones; de ellas, una está cumplida al 100% (la adquisición de una máquina de hielo para la producción y traslado de pruebas PCR), mientras que otras ocho permanecen sin despegar.

Los proyectos asignados a los institutos nacionales de salud —que son de los principales centros de investigación sobre el comportamiento del virus—, también permanecen atorados.

Además de los ventiladores pediátricos, el INER debía echar a andar el Programa para soporte cardiorespiratorio avanzado para pacientes Covid en estado crítico; el Programa de adquisición de equipo médico y de laboratorio para diagnóstico y tratamiento de pacientes con SARS-CoV-2, y Equipamiento médico para rehabilitación de pacientes postCovid-19.

El Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ) solicitó la adquisición de dos sistemas para terapia de oxigenación para atención de Covid-19, mientras que el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” hizo la petición de consolas ECMO para atención de pacientes con el coronavirus y presenten insuficiencia respiratoria severa. Todos ellos se encuentran empantanados.