¿Cómo afecta el estrés comunitario?

5 de Mayo de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

¿Cómo afecta el estrés comunitario?

simon vargas

“La violencia no es sino una expresión del miedo.” Arturo Graf

El año pasado una de las tantas plataformas de streaming que podemos encontrar actualmente, presentó Fuera de Control, (Unhinged, título original) donde la premisa central de la cinta: “No creo que sepas lo que realmente es tener un mal día…” describe casi de forma perfecta la manera en la que la sociedad podría comenzar a enfrentarse a un colapso nervioso, detonado por casos constantes e individuales de ira, ansiedad y depresión, que estallan a raíz de catalizadores pequeños y casi imperceptibles.

A pesar de lo inverosímil que podría resultar la situación planteada en el filme, no podemos negar que día con día nuestra sociedad se agrede de formas más evidentes, que las redes sociales se han convertido en espacios para atacar o que nos criticamos más y respetamos menos el esfuerzo ajeno.

Y es que desde hace unos años la sociedad ha percibido un incremento de la violencia, los factores podrían ser diversos: vertiginosas transformaciones, la crisis sanitaria derivada de la pandemia por el virus SARS-CoV-2, la falta de oportunidades laborales, la posible recesión económica, el aumento de impunidad y la poca disminución de la corrupción, son solo algunos de los rubros que han logrado que recientemente el estrés comunitario llegue a niveles donde las agresiones marcan el camino a seguir.

Si bien a nivel personal el estrés lleva al agotamiento emocional, enfermedades o incluso buscar vías de escape como el consumo de alcohol o drogas, esto mismo sucede a nivel colectivo, de acuerdo a la investigación Hacia un marco conceptual inicial para evaluar la carga alostática de la comunidad publicada por el laboratorio de ideas RAND Corporation cuando las comunidades se enfrentan a constantes choques como problemas medioambientales, pobreza, racismo, desastres naturales o incidentes violentos, por mencionar algunos, a través del tiempo la tensión se acumula, lo que afecta el bienestar de la comunidad de generación en generación y dificulta la respuesta a futuros traumas.

Lo anterior podría verse reflejado en el incremento de las respuestas agresivas ante eventualidades, y es que actualmente se ha hecho más visible una tendencia a resolver las diferencias (políticas, sociales, personales, o de cualquier índole) a través de insultos y/o actos de violencia, donde queda patente la constante necesidad de imponer la autoridad y/o poder por encima de la empatía y la tolerancia.

No podemos negar que somos seres sociales por naturaleza, ya lo diría Aristóteles, uno de los filósofos más importantes, el ser humano tiene la necesidad de pertenecer a un grupo con el que se identifique y en el que sea reconocido. Manifestaciones que terminan en agresiones a propiedad privada, un mayor número de homicidios y lesiones dolosos e incluso aunque pareciera poco relevantes peleas por boletos de proyecciones cinematográficas o conciertos, indican que se ha perdido de vista que nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás.

¿Qué podemos hacer para romper el ciclo?, ¿cómo lograríamos mejorar la salud de las poblaciones en general? Uno de los principales focos de atención tendría que ser la ampliación de los casos de estudio sobre el tema, pero además instituciones privadas y gubernamentales deben elaborar y promover políticas públicas que puedan ayudar a atender de mejor manera el estrés individual.

Lo anterior aunado a la comprensión de los niveles de estrés de la comunidad podrían ayudar a identificar las formas en que las se deben y pueden enfrentarse los eventos agudos y traumáticos cuando se producen; porque, aunque el estrés puede ser individual, al paso del tiempo se convierte en un cáncer que invade a comunidades enteras.

Abordar de manera más profunda el estrés comunitario y el manejo de la carga alostática nos permitirá re-significar la manera de actuar en las protestas, abordar el extremismo y eliminar la manera tan cruel de tratarnos unos a otros. Es probable que se crea que los seres humanos somos agresivos por naturaleza, instinto que quizá se ha considerado necesario para la supervivencia de la especie, sin embargo, hoy es ineludible retomar la educación y el desarrollo de la cultura como temas clave para mermar la violencia.

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