El reto de mejorar la conducta policial en América Latina

26 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

El reto de mejorar la conducta policial en América Latina

simon vargas

“El que no piensa en sus deberes sino cuando se los recuerdan, no es digno de estimación.” Plauto

Es probable que (desafortunadamente) de forma generalizada cuando mencionamos el término policía las personas reaccionen de forma negativa, haciendo comentarios dañinos, perniciosos e incluso cargados de ciertos prejuicios y sesgos experienciales y culturales, pero ¿A qué se debe este fenómeno?

Las estadísticas con respecto a la desconfianza hacia estos organismos en los diferentes niveles de gobierno no dejan mucho margen para las dudas, pero sí para el análisis y la propuesta de estrategias; tan solo de acuerdo a la encuesta 2018 de opinión pública presentada por la Corporación Latinobarómetro, la cual entre sus resultados presenta estudios sobre la democracia, la distribución de la riqueza, la corrupción y la violencia, entre otros, menciona que en promedio solo el 35% de la población en América Latina confía en la policía y entre los países con más desconfianza se encuentran: Panamá (0%), Venezuela (12%) y México (19%), quienes cuentan con porcentajes muy por debajo de la tasa promedio.

Es así que desafortunadamente la conducta policial en muchas partes del mundo, porque no olvidemos el mediático caso de lo ocurrido con George Floyd, ha sido ampliamente cuestionada y hasta calificada con adjetivos tales como: insolentes, desidiosos e imprudentes. La relevancia de la situación llevó a que el Instituto para la Economía y la Paz en conjunto con la Asociación Internacional de Ciencias Policiales, realizaran el Índice Mundial de Seguridad Interna y Policía (WISPI, por sus siglas en inglés), el cual analiza cuatro ámbitos de la seguridad interna de 127 países: capacidad, efectividad, legitimidad y resultados.

El estudio informó que los cuerpos policiales mejor evaluados fueron los de Singapur, Finlandia, Dinamarca, Austria y Alemania, donde los ciudadanos confían ampliamente en dichos organismos y éstos además se encuentran altamente capacitados, con los recursos necesarios para su desempeño y con prácticas altamente éticas, pero además apegados en todo momento al cuidado de los civiles.

Es así que, conjuntamente con aumentar los niveles de confianza, es necesario para mejorar la actividad policiaca erradicar la corrupción, que como bien sabemos consume desde el interior cualquier organismo, ya que los casos de sobornos, extorsión y prácticas controversiales de algunos elementos deterioran la imagen a nivel general. Pero además en muchos países los procedimientos han estado más enfocados en acciones reactivas más que en preventivas, siendo incluso en diversas ocasiones las reactivas mal realizadas lo que impide a largo plazo la disposición de los ciudadanos para cooperar.

Y aunque en muchos de los casos la población apunta directamente a las malas actitudes policiales y se exonera, también es necesario voltear a otro vértice, y repensar algunas cuestiones importantes, ¿cuál es el proceso de reclutamiento de efectivos?, ¿qué incentivos se les dan?, ¿el salario es equivalente al desarrollo de sus actividades?, ¿se les provee de las herramientas y tecnología necesarias?, entre otras, porque si bien se atribuye de primera mano que el principal problema radica en la actitud o negligencia de los policías, también hay que plantearse qué tanto se ha hecho para dejar sin efecto esos descuidos, ya que la complejidad del servicio público es amplia.

Si bien con el transcurrir de los años la preocupación por la seguridad externa sigue latente, ésta ha disminuido con respecto a la inquietud que muestra la población por la seguridad interna y los recursos que se dedican a mejorar la praxis de las instituciones, por lo que dignificar la profesión es uno de los desafíos más importantes y esto debe ser abordado desde la creación de políticas públicas, pasando por el compromiso de cada efectivo al servicio de la sociedad y terminando en la participación de la propia comunidad.

Con base en lo expuesto podríamos preguntarnos ¿Cuáles son entonces, los principales retos para mejorar la conducta policial? se podrían enumerar al menos cinco: 1) aumentar la percepción de confianza, 2) disminuir la corrupción, 3) incrementar la capacitación, 4) mejorar los salarios, y 5) contar con mayor tecnología y herramientas.

La disminución de la violencia es multifactorial, y aunque es claro que las instituciones de seguridad juegan un rol primordial y la imagen que se proyecta es vital para influir en la población; es necesario que además de que los individuos se sientan seguros frente a la policía, también se requiere un trabajo en unidad que permitirá mejorar los índices de paz.

Hoy ya no se debe pretender cargar o eximir de responsabilidades a ninguna institución o a la población en general, sino más bien de realizar análisis e investigaciones que permitan conocer de raíz el problema, pero sobre todo de tomar acciones certeras frente a los desafíos cada vez más crecientes en materia de seguridad interna.