Sólo faltan unos días para la segunda vuelta en Brasil, y no sólo en el país sudamericano han aumentado las tensiones, también en los países vecinos e incluso en los observadores estadounidenses, pues la agenda de quien gane definirá las nuevas relaciones de una economía estratégica para la región.
Un reporte del Servicio de Investigación del Congreso plantea que el resultado de las elecciones “podría afectar las relaciones entre Estados Unidos y Brasil”. Aunque hay diferencias con el actual presidente Jair Bolsonaro por las políticas ambientales, es claro que el gobierno estadounidense prefiere su triunfo.
“Bajo Bolsonaro, los lazos comerciales y de seguridad bilaterales se han ampliado y Brasil se ha alineado con Estados Unidos en los desafíos regionales, como la crisis actual en Venezuela.
“Si es elegido, Lula probablemente buscará políticas exteriores y de defensa más autónomas, incluida la restauración de relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y mayor coordinación con otros gobiernos latinoamericanos y del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica)”, señala el documento fechado el pasado 29 de septiembre, días antes de la primera jornada electoral.
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Pero al interior de Brasil, las opiniones externas no importan por ahora, sino conseguir los votos. Y para eso la participación religiosa importa mucho, porque podría ser determinante para definir al ganador el 30 de octubre próximo. Es por eso que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva (quien ganó en la primera vuelta) y el presidente Bolsonaro, están luchando por obtenerlo.
De acuerdo a las cifras oficiales, un 53% de los brasileños se declara católico y alrededor del 30% evangélico. Un sondeo reciente de Datafolha mostró que el candidato del PT tiene el 55% de votos entre los católicos, contra el 38% de Bolsonaro. Pero entre los evangélicos la situación cambia, el presidente tiene la delantera con el 62% contra el 31% de Lula.
Así que las visitas a los lugares emblemáticos, el uso de imágenes y los discursos incluyentes, están definiendo por ahora la agenda de las campañas. Por su lado Lula mostrando en un mitin una imagen de Nossa Senhora de Aparecida, patrona de Brasil, o distribuyendo una carta abogando por la coexistencia de todas las corrientes religiosas en un estado laico.
Mientras Bolsonaro, rodeado de decenas de militantes, acudió a una misa en el día de la Patrona nacional a la Basílica de Aparecida, San Pablo, el mayor templo católico del Brasil. Aunque en ese evento los problemas con la prensa, ante el extremismo de los asistentes y discursos de cada mitin, las agresiones se volvieron a presentar.
10 puntos de ventaja mantiene Lula da Silva frente a Jair Bolsonaro, después de la primera vuelta electoral, de acuerdo a la segunda encuesta de intención de voto de la firma privada Ipec.