Becario invisible

Como se ha comentado ya en esta Trastienda, nadie extraña al Canciller Juan Ramón de la Fuente. Podía no haber pedido licencia para atender su cirugía y nadie habría notado su ausencia. Para colmo, está por celebrarse la primera reunión entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump y el canciller mexicano está en una cama de hospital atendiendo un asunto de salud, qué dicen no era tan urgente. Su lugar en estos momentos era al lado de la presidenta, coordinando hasta el último detalle de la breve reunión que sostendrán los mandatarios en Washington, pero no, los dolores de espalda pudieron más. En política, lo sabe todo el mundo, no hay espacios vacíos. El de la Cancillería es un espacio qué ocupa, desde hace tiempo, Marcelo Ebrard aunque De la Fuente tenga el cargo de Canciller. Tampoco es casual que sea Roberto Velasco un nombre de Ebrard, quien fungía como encargado de despacho mientras De la Fuente convalece.