Aunque la pandemia poco a poco comienza a controlarse en muchas partes del mundo, las consecuencias económicas no han retrocedido. Tan sólo en septiembre, el índice de precios de producción (que mide el costo de los bienes vendidos a las empresas) se disparó 10.7% en China, a comparación del mismo mes del 2020, según datos del portal de mercados financieros Refinitiv Eikon.
En América, el aumento de precios se ha dejado ver en Argentina, donde el índice de inflación llegó al 3.5% haciendo un acumulado de 37% desde enero, uno de los más altos en todo el mundo. En este periodo, los precios de bienes y servicios en Estados Unidos registraron su mayor aumento en un año desde 2010, aunque el Departamento de Trabajo de ese país también informó que hubo una desaceleración respecto a agosto. Brasil es otro de los afectados por la crisis mundial, ya que la inflación a doce meses se ubicó en 10.25% en septiembre, alcanzando por primera vez los dos dígitos desde 2016.
La inflación en China representa el repunte más elevado desde octubre de 1996, ya que el mayor exportador del mundo se ha visto golpeado por la reactivación económica post pandemia, ya que la repentina demanda de energéticos lo ha sumido en una crisis en sus centrales eléctricas, afectando así a toda la industria.
Una situación parecida pasa en Europa, en donde Alemania registró una tasa de inflación de 4.1% debido en su mayor parte al aumento de los energéticos. En su caso, esta cifra es su mayor aumento desde diciembre de 1993, informó AFP.
Al respecto, Gita Gopinath, economista jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), auguró que los precios de los energéticos deberían bajar para principios del 2022, por lo que podría notarse una recuperación “una vez que pasemos los meses de invierno”.