El embajador emérito Bernardo Sepúlveda Amor envió una carta al actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, para aclarar que Ricardo Valero no participó como embajador en el Grupo Contadora, conformado por Colombia, Panamá y Venezuela, que en 1983 buscó pacificar Centroamérica en una época en la que estaba latente una intervención estadounidense en la Nicaragua sandinista.
A continuación te presentamos la carta completa:
Mensaje de Bernardo Sepúlveda Amor a Marcelo Ebrard
Marzo 22, 2019
Estimado Marcelo,
Un saludo cordial desde NYC.
Leo con sorpresa un comunicado de la SRE en donde se indica que Ricardo Valero participó como Embajador en el proceso de paz de Contadora. Esta aseveración no corresponde a la realidad.
Valero, en su calidad de Subsecretario de Planeación en la SRE, fue parte de un equipo de trabajo de la Cancillería que impulsó las negociaciones para la pacificación en América Central de 1983 a 1988. No tenía el rango de Embajador.
A finales de 1987, Horacio Flores de la Peña, Embajador de México en la URSS, me solicitó un cambio de adscripción, después de cinco años en Moscú. Lo consulté con el Presidente de la Madrid, quien aceptó mi propuesta de designar a Flores de la Peña como Embajador en Italia.
Al quedar vacante la Embajada en la URSS, Valero me pidió expresamente que yo planteara al Presidente de la Madrid su designación como Embajador en Moscú, lo cual yo acepté y así lo propuse al Jefe del Ejecutivo, quien aprobó el nombramiento.
Obtenido el beneplácito del gobierno soviético, Valero acudió al Senado y su designación fue aprobada.
Sin consulta previa, al término de su comparecencia en el Senado, Valero concedió una entrevista a Marta Anaya en el periódico Excelsior. En esa entrevista descalificó duramente las decisiones adoptadas por el Grupo Contadora y por su Grupo de Apoyo en torno a las negociaciones que se llevaban a cabo en esos momentos, a pesar de que Valero estaba directamente involucrado en ese proceso.
Como consecuencia de esas declaraciones impropias e injustas para la buena marcha de la política exterior mexicana, recibí instrucciones del Presidente de la Madrid de proceder de inmediato al cese de Valero como Embajador de México en la URSS, instrucción que cumplí, convencido de que Valero había actuado en forma desleal y en contra de los intereses del gobierno mexicano.
Debo agregar que las declaraciones de Valero produjeron una muy negativa reacción por parte de los gobiernos integrantes del Grupo de Contadora y su Grupo de Apoyo. La protesta más dura tuvo su origen en el gobierno argentino, con el Presidente Alfonsín manifestando expresamente su molestia.
Esa es la historia de un desafortunado episodio que afectó negativamente a la política exterior de México y que tuvo como actor principal a Valero.
Estimo que si Valero no estaba de acuerdo con esa política, debió haber renunciado. Faltó a una elemental dignidad y a un necesario sentido de la responsabilidad, solicitando en cambio la misión diplomática en Moscú. En la función pública es preciso actuar con plena integridad y convicción. Valero violó ese elemental principio.
Con el afecto de siempre,
B.Sepúlveda.