Antes de la irrupción del nuevo coronavirus en el mundo, México ya estaba en una posición vulnerable de salud, aunque la pandemia desnudó un sistema sanitario endeble, sin recursos económicos, de infraestructura y personal, que ya cargaba con una población enferma, desatendida y hasta olvidada.
De esta forma se presenta el mapa de un país que enfermó mucho antes de la pandemia, en el que la desigualdad en busca de la atención médica se revela en las cifras de cada padecimiento, y cuya geografía demuestra un territorio que no estaba preparado para afrontar la mayor crisis sanitaria en la última centuria.
Por ejemplo, en Baja California 375 personas de cada 100 mil fueron diagnosticadas con diabetes tipo II durante este año, el promedio más alto de todo el país. Pero un estado que contrasta con el anterior es Puebla, que observó la menor incidencia en nuevos casos de este padecimiento al reportar 114, cifra mayor a la media mundial de 60 pacientes detectados en 2020.
En cuanto a la incidencia de diabetes tipo II, que es una enfermedad metabólica que no es hereditaria, es más alta en los estados del norte, aunque después de Baja California, las entidades con mayor carga en este rubro son Tamaulipas y Chihuahua con 339.8 y 301.7 casos nuevos por cada 100 mil habitantes.
En México, las enfermedades son monitoredas a través de la Dirección General de Epidemiología (DGE) de la Secretaría de Salud, cuya vigilancia no se limita a padecimientos contagiosos, sino que se expande a otros que sirven para diagnosticar el estado de bienestar en el país, y que se dan a conocer semanalmente en un boletín de alerta.
++++++++Mapas: Tomás Benítez
Al examinar la evolución de las 129 enfermedades y fenómenos contenidos en el boletín durante 2020, 89.9% tuvo algún grado de disminución en el registro semanal, sin que esto signifique una mejora en el panorama de salud nacional, y por el contrario, puede representar un subregistro importante de personas que se dejaron de atender a causa de la pandemia.
y otro aspecto importante reside en las vacunas, pues en 2019 se aplicaron 52 mil 563 dosis menos de la vacuna triple viral antisarampionosa tan sólo en la Ciudad de México, aunque esta cifra difiere de la cantidad de niños que deberían recibir alguna de las dos dosis que les correspondían durante ese año, ya que sólo en 2018 en la capital nacieron más de 100 mil niños, por lo que el margen para la segunda aplicación se reduce a 24 mil inmunizaciones.
++++++++Gráficas: Kevin Gutiérrez