México ofrece “hoteles” de cinco estrellas para aves marinas

9 de Mayo de 2024

México ofrece “hoteles” de cinco estrellas para aves marinas

Las islas de la península de Baja California, que estuvieron históricamente descuidadas, se han integrado a un ecosistema óptimo para estas especies

Ya se puede decir que las costas de Norteamérica en el Océano Pacífico y sus islas son un auténtico paraíso para las aves marinas. No sólo porque ahí se encuentra la mitad de todas especies de aves marinas del mundo, sino porque se acaba de demostrar que la parte sur de la región, la de la península de Baja California, que estuvo históricamente descuidada, se ha integrado al paraíso.

Para las aves marinas que habitan en los mares de Canadá, Estados Unidos y México, son un enorme banquete, pues las aguas frías que vienen del Polo Norte constituyen uno de los ecosistemas marinos más productivos del planeta.

En particular, en las islas del Pacífico de Baja California se pueden encontrar unas 80 especies, es decir, una quinta parte de las 368 que se han registrado en el mundo. Sin embargo, durante el siglo XX, la mayoría de las poblaciones de aves marinas en estas islas se redujeron severamente, y 27 poblaciones de aves marinas fueron “extirpadas” debido a perturbaciones humanas directas y a mamíferos invasores, como ratas, ratones y gatos.

Durante las últimas dos décadas, México ha tomado medidas de conservación audaces, incluida la protección legal de sus casi cuatro mil 500 islas, la eliminación de mamíferos invasores de 39 islas, la restauración y el seguimiento a largo plazo de las poblaciones de aves marinas y la formulación de un Programa de Acción Nacional para Conservación de Aves Marinas.

Y a principios de octubre se publicó en la revista Plos One la demostración de que en las Islas del Pacífico de Baja California estos esfuerzos están funcionando, en especial la aplicación de un enfoque de conservación holística.

Engañar a las aves... por su bien

aves marinas

En entrevista con ejecentral, Julio Hernández Montoya, integrante del Grupo de Ecología y Conservación de Islas AC (GECI), explica que el primer paso es la extracción de las especies ajenas al ecosistema, que han sido llevadas por los seres humanos; hacer que el ambiente sea seguro para las aves.

El segundo paso es tratar de convencer a las aves de que la isla está libre de amenazas. “Mostrarles que es un lugar óptimo para su estancia, su reproducción, la crianza de sus polluelos… porque las aves marinas únicamente se reproducen en tierra firme, principalmente en las islas”, explica Hernández.

Para esto se utilizan principalmente dos sistemas, por un lado, grabaciones, ya sea de otras islas en donde la población (de esa especie) está más sana. Es decir, que tiene más individuos y que hay procesos de reproducción, “grabamos todos estos sonidos de cortejo y de cría”, haciendo que la isla empiece a tener un paisaje sonoro adecuado, que invite a la recolonización.

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El otro sistema es poner señuelos, es decir, réplicas o modelos de las aves para que la isla se vea habitada. Hernández comenta que en otros países hay fábricas especializadas de señuelos para restauración de hábitats de aves marinas, por lo cual éstos resultan muy costosos.

“Al principio intentamos acceder a comprar estos señuelos en el extranjero, pero nos dimos cuenta de que eran muy costosos, y que además no estábamos hablando del santo grial; entonces nos acercamos artesanos locales y a través de ellos hemos podido replicar estos señuelos de aves con una gran calidad”, dijo.

Un tercer sistema es la construcción de madrigueras artificiales para atraer a las aves marinas nocturnas, que anidan en este tipo de estructuras. “Hacemos cajitas de anidación que enterramos y les ponemos un conducto, de manera que hasta les llamamos ‘hoteles o moteles’ en los cuales hay varias madrigueras unidas, todas con su entrada independiente. Cuando llegan estas aves nocturnas atraídas por el sonido, encuentran un lugar adecuado y protegido para poder anidar, hacer sus puestas de huevo y crianza de polluelos”, explica el experto.

50% de todas las especies de aves marinas a nivel mundial viven en los mares e islas del Pacífico norteaméricano, gracias a la fría Corriente de California, uno de los ecosistemas marinos más productivos del planeta.

Turismo avícola

Estos sistemas están funcionando. En el registro que ha hecho el GECI de poblaciones de 19 especies de aves marinas en 10 grupos de islas, encontraron que 31 poblaciones de 14 especies están aumentando significativamente; hay otras 19 poblaciones que parecen estar creciendo aunque no de manera estadísticamente significativa; mientras que 11 poblaciones de siete especies están disminuyendo.

Estas diferentes respuestas a un mismo método de conservación pueden tener diversas explicaciones: puede ser que se requiera más tiempo, pero también que “unas especies son más exitosas en algunas islas que en otras, y esto tiene que ver con las condiciones de clima, por las condiciones oceanográficas que les favorecen su alimentación”.

Por otra parte, Hernández Montoya comenta que las islas bajacalifornianas recibirán una población de albatros de patas negras, que están sufriendo por el aumento del nivel del mar debido al cambio climático en Hawaii, donde las islas son muy someras y las zonas de anidación de estas especies están teniendo inundaciones.

“Tenemos un proyecto en el que vamos a Hawaii y colectamos estos huevos, los traemos a México, a la isla Guadalupe en particular, que es una zona donde históricamente han vivido esta misma especie”.

Hernández Montoya destaca que la conservación de las especies de aves marinas ha sido posible gracias a la colaboración de instituciones como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, la Red Temática de Investigación en Áreas Naturales Protegidas (RENANP) y el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste.

México es un país mega diverso, que ocupa el tercer lugar en riqueza de especies. Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, el país es el décimo primero del mundo con más especies de aves, al contabilizar unas mil 1150.

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