En un contexto en que la imagen en internet llega a tomar más importancia que la real, cada vez hay más gente dispuesta a innovar en el campo de la moda digital. Se trata de un concepto que incluso se ha considerado en las pasarelas de la alta costura.
Y aunque en la industria física el concepto se ha manejado de forma sutil, en redes sociales y entre jóvenes se ha vuelto algo cotidiano. Tal es el caso de Daniella Loftus, diseñadora de modas digital. “Cuando empecé, mis amigos me decían ‘¿de qué estás hablando?’ Pero lo que me parece fascinante es que hay toda una generación como mis sobrinas de catorce años que juegan Fortnite, que lo entendieron perfectamente”, explica la artista que suma cerca de 5 mil seguidores en su cuenta This Outfit Does Not Exist.
Pero no todo se trata de creaciones espectaculares. Actualmente existen servicios que hacen ropa y accesorios digitales “a la medida” a través de fotografías de cuerpo completo. Las obras resultantes pueden ser usadas en diversos ámbitos, desde la oficina hasta las transmisiones en vivo o en videojuegos.
Una de las ventajas de la moda digital es su bajo impacto ecológico. “Conozco a mujeres que se compran un vestido, se lo ponen una vez para una foto y nunca más. Podrían reducir el consumo y el desperdicio con la moda digital”, declara la diseñadora Isabelle Boemeke. “A largo plazo me imagino un mundo en el que la gente andará con una interfaz capaz de crear ropa digital realmente creativa”, augura, apostando incluso por la realidad aumentada para esta naciente tendencia.
DATO. El precio de los conjuntos va de unas decenas de dólares hasta los miles.