Moreira se impuso a Peña Nieto

Foto Cuartoscuro

La semana pasada, el alcalde de Torreón, Miguel Ángel Riquelme, solicitó licencia porque, dijo, “quiero ser gobernador”. Don Miguel Ángel se inscribirá como precandidato del PRI, donde tendrá como último adversario a Javier Guerrero, actualmente diputado federal. El exalcalde se ha quedado sin otros rivales porque cada uno de los aspirantes ha decidido hacerse a un lado porque cada vez que asomaban la cabeza, la hoz del gobernador Rubén Moreira se las cortaba. En efecto, como se lo imagina, Riquelme es su candidato a la gubernatura de Coahuila, y lo defendió en Los Pinos cuando el presidente Enrique Peña Nieto quiso darle línea sobre quién podría ser. Dicen los que saben que Moreira, del clan que tiene amplio control político en el estado, le dijo, de muy buena manera, que el Presidente atendiera a su estado, el de México, y que él haría lo propio en Coahuila. Pero eso sí, en caso que Peña Nieto quisiera utilizarlo como una ficha de cambio por el estado de México con el PAN, que su cabeza estaba lista para el sacrificio, aunque en sus términos con Riquelme, no como en el centro quisieran. El tiempo apremia, pues el diputado Guerrero podría terminar como candidato de Morena, cuyo apuntado hasta este momento, el empresario Armando Guadiana, tiene por ahí cuentas pendientes con la justicia por presuntos fraudes con el carbón.