Ojos que no ven

12 de Mayo de 2024

Gabriela Sotomayor

Ojos que no ven

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Los muertos por Covid-19 en el país no merecen atención especial del presidente Andrés Manuel López Obrador ni del subsecretario de Salud Hugo López-Gatell; 200 mil fallecidos que más bien son 500 mil, no merecen una ceremonia, unas palabras, no hay que voltear a verlos porque son un claro reflejo del fracaso de la 4T en el manejo de la pandemia. Mejor ignorarlos porque son el recuerdo de la derrota.

Es realmente penoso ser el tercer lugar del mundo en muertes por Covid-19 y hablar de la cifra macabra de fallecidos no ayuda a mejorar la imagen, menos en tiempo electoral. Al tiempo que se cuentan 200 mil muertes, AMLO puso todos los reflectores en las vacunas, que es “lo que nos va a ayudar’’. Dedicar unas palabras, o hacer algún tipo de homenaje a los caídos en las garras de la pandemia no merece la pena. Sus historias no importan.

Para la 4T es mejor tocar con bombo y platillo la llegada de las vacunas, sacar las banderas blancas, hacer el show y enseñar un camioncito que, engalanado con la bandera de México y cargado con unas cuantas cajas, llevará a todos los rincones del país la esperanza embotellada, el ansiado líquido que va llegando a cuenta gotas.

“Son buenas noticias, tenemos ya garantizado el abasto de las vacunas, no nos van a faltar. Eso lo digo de manera categórica, sin dudas, vamos a tener vacunas suficientes y vamos a aplicar cada vez más, lo más difícil era conseguirlas y ya se tienen. Habrá vacunas para todos“, prometió el presidente en la mañanera del 23 de marzo, pero como que los números no cuadran.

En México se han aplicado poco más de 6 millones de dosis, un promedio de 199 mil diarias en la última semana. A este ritmo de vacunación, el país tendrá vacunado al 70% de los mexicanos para agosto del 2023. Así la matemática. Para que AMLO cumpla su palabra, tendrá que meterle velocidad y sobre todo presupuesto para ganarle al virus y a cualquier variante que se disperse (tocar madera).

Para el tamaño del desafío, habría que tener a un experto al frente de la campaña de vacunación. López-Gatell habla como si supiera de la materia, es consentido del presidente y su título de zar no le será arrebatado porque equivaldría a reconocer por qué Felipe Calderón lo removió de su cargo cuando estalló la pandemia del A-H1N1. Si AMLO insiste en dejarlo ahí diciendo barbaridades, tendrá que afrontar su decisión, pero urge ampliar la estrategia porque los correcaminos que van paso a pasito nunca llegan y los militares no saben inyectar.

Es exasperante la lentitud con la que se está vacunando, como nos dijo Thomas Cueni, director general de la Federación Internacional de Asociaciones y Fabricantes de Productos Farmacéuticos (IFPMA en inglés) : “la solución no solamente es tener la vacuna, es estar listo para la vacunación, contar con la estrategia adecuada, los insumos, el personal y el apoyo de la población’’.

La prioridad la tiene el personal de salud. López-Gatell dijo de manera muy tramposa que los médicos que quieren la vacuna “son los que tienen los medios para hacerse escuchar”. Sin embargo, ellos la piden para todo el personal del Sector Salud público y privado, incluyendo a enfermeras, camilleros, laboratoristas, intendencia. Que fácil cambiar el discurso desde la tribuna de Palacio Nacional. Es inaudito que ahora el rockstar quiera hacer ver que son los médicos fifís los que están exigiendo su derecho.

Así como AMLO pidió las dosis a Joe Biden, que ahora le pida asesoría para redoblar la vacunación. En el país del norte se aplican a destajo en farmacias, estacionamientos o centros comerciales. Que oiga el consejo a China que se está olvidando de la pandemia y vende vacunas por doquier o que vea a Israel en donde ahora se inmuniza a los jóvenes hasta en los bares. Puede preguntar a Chile que es una máquina de inyectar en escuelas, estadios, en fin, aprovechan todos los recursos.

Pero si el objetivo es llevar las vacunas a donde se quieren votos para Morena, el virus se lo va a cobrar muy caro al gobierno y a costa de la salud de los mexicanos. Sería ruin utilizar la vacuna con fines electorales. México podría ser arrastrado por otro tsunami pandémico, más gente moriría a destiempo, son ya 500 mil familias que se hunden en la tragedia. ¿Alcanza a ver AMLO el tamaño del iceberg que se le viene encima si no da un golpe de timón a tiempo? Sería el naufragio.

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