Los costales son de color blanco, algo maltratados por los más de 13 mil kilómetros que recorrieron en un contenedor a través del mar. En ellos, destacan las letras verdes que aparecen en el centro, donde se ve el escudo del águila y la frase “GOBIERNO DE MÉXICO”. En la parte superior del mismo saco se lee “SEGALMEX, SEGURIDAD ALIMENTARIA MEXICANA” junto a su logotipo, y en la parte baja otro letrero que dice “MAÍZ/FRIJOL”.
Sin embargo, en su interior no llevaban granos, sino caracoles marinos. Entre ellos, escondieron unas 104 bolsas que sumaban 1.1 toneladas de metanfetaminas sólidas, un tipo de piedra o cristal de alta potencia.
Los documentos de envío señalaban que el cargamento salió de los puertos mexicanos transportando “productos marinos”.
Aunque los 611 bultos utilizan los colores y logotipos de Segalmex, la empresa del Estado desmintió realizar exportación de productos, intentando desvincularse del decomiso histórico de esta droga sintética.
Este decomiso tuvo lugar en el complejo de la Aduana de Kwai Chung, Hong Kong, el 26 de octubre pasado, representando “un valor de mercado estimado de alrededor de 640 millones de dólares de Hong Kong”, equivalente a más de 80 millones de dólares estadounidenses.
“Este es el caso de metanfetamina sólida más grande jamás detectado por la Aduana”, subrayó la institución el pasado 6 de noviembre. Las investigaciones de las autoridades en ese país continúan. En la primera semana de noviembre, la autoridad aduanera detuvo a cuatro personas. De ellos, tres quedaron en libertad bajo fianza semanas después, y sólo un joven de 27 años fue acusado de tráfico de drogas peligrosas, siendo considerado por las autoridades como el principal miembro de un cártel.
Según el periódico digital Rthk, el jefe de la oficina de investigación de drogas del departamento, Ip Kwok-leung, sostuvo que “mantendremos relaciones estrechas con el continente, Macao y las autoridades internacionales mejoraremos el intercambio de información de inteligencia y lucharemos colectivamente contra el tráfico de drogas entre países y regiones”.
Dos países más, Estados Unidos y Australia, han iniciado sus propias investigaciones, ya que este último era el destino final de la droga. Se trata de una ruta que los cárteles mexicanos pretenden fortalecer junto con los chinos y venezolanos, según informes.
Para las agencias estadounidenses, esto va más allá, según dos fuentes del gobierno estadounidense. Consideran que es un frente más dentro de la confrontación mundial, una nueva versión de la guerra del opio, ahora lanzada desde China, en una suerte de revancha histórica y en un reacomodo mundial de fuerzas, en el cual los chinos, junto a sus aliados, tendrán un papel aún más poderoso.
Si consideramos que el puerto de Hong Kong tiene nueve terminales para contenedores, cuenta con aguas profundas para todo tipo de buques y que por su ubicación se trata de la primera conexión de los envíos internacionales con la región de Asia, por lo que conecta con más de 470 puertos del mundo. Entonces, este pequeño país situado al este de Asia, con una economía todavía potente, aunque golpeada, y siendo todavía un centro financiero y de negocios fuerte, se convierte en un tesoro para las potencias en disputa, especialmente para China.
En julio de 1997, China recuperó la soberanía efectiva sobre el territorio de Hong Kong, pero se acordó que mantendría un estatus especial hasta 2047, con autonomía del sistema socialista hasta dentro de 24 años, cuando se incorporará de manera total.
Movilizaciones internas que exigen conservar la autonomía han sido utilizadas por Estados Unidos para imponer sanciones a China, y se ha comenzado a propagar la posibilidad de que Hong Kong no regrese al país asiático.
En el marco de esta lucha geopolítica, se da este decomiso histórico de metanfetaminas y otros más pequeños que han ocurrido desde abril pasado, al menos otros dos por vía aérea desde México. Los estadounidenses investigan este decomiso en Asia con grupos chinos y venezolanos, un país al que, por cierto, Segalmex ha enviado alimentos.