Todos creemos que somos unicornios

12 de Septiembre de 2025

Alfredo Suárez
Alfredo Suárez
Politólogo por el Tec de Monterrey, y candidato a Maestro de la Universidad Panamericana en Comunicación Política. Actualmente se desempeña como coordinador de comunicación para América Latina de la Fundación Friedrich Naumann.

Todos creemos que somos unicornios

Fundación Friedrich Naumann

A menudo pensamos que lo que ocurre en nuestro entorno es único. Creemos que “nadie tiene una corrupción como la de mi ciudad”, “en mi colonia nadie cree en la democracia” o “lo que pasa aquí no sucede en ningún otro país”. Nos asumimos como unicornios políticos, irrepetibles.

Pero basta mirar alrededor y revisar un poco de historia reciente para desenclaustrarnos, para descubrir que muchos de los problemas que nos parecen exclusivos a nuestra realidad inmediata ya se han vivido —y enfrentado— en otros lugares o momentos de la historia. podemos tomar, los siguientes casos como ejemplos:

La política dominada por populistas que ofrecen soluciones fáciles, el uso del poder militar para desviar la atención y fenómenos sociales como los incels, que alimentan discursos conservadores, son dinámicas que han tensionado la vida pública en Corea del Sur.

La captura del poder judicial, la llegada de un outsider de izquierda a la presidencia, reformas constitucionales, la fragmentación de la oposición y el silenciamiento de medios críticos son realidades recientes en Bolivia.

La imposición de un sistema de partido dominante, el control de las fuerzas armadas, el uso político del petróleo y la erosión del sistema de medios fueron algunas de las acciones con las que inició su régimen Hugo Chávez en Venezuela.

Lo que quiero decir es sencillo: no estamos a solas ni somos excepcionales. Los desafíos que enfrentamos hoy tienen ecos en otras latitudes. Mirar esas experiencias, aprender de lo que funcionó y evitar lo que fracasó es un paso necesario si queremos dejar de dar palos de ciego.

La buena noticia es que hay esperanza. Si otros países han enfrentado y resuelto crisis similares, ¿por qué no habríamos de hacerlo nosotros? Tal vez la clave esté en abandonar la ilusión de unicornios y asumir que, aunque los problemas se repiten, también lo hacen las soluciones, la cuestión con la historia es no hacer que se repita.

Esa perspectiva global no significa resignarse ni esperar que las soluciones vengan de fuera. Al contrario: nos recuerda que el cambio es posible si la sociedad se organiza, defiende sus instituciones, toma el poder con una clara mirada a los valores y al proyecto que se busca ejecutar.

Cada país tiene su propio camino, pero todos comparten un punto de partida: la conciencia ciudadana de que los problemas no se resuelven solos ni desaparecen con la indiferencia, pero con dedicación, involucramiento, desarrollo de propuestas innovadoras y basadas en contextos reales es que podemos avanzar.