El nuevo viejo mundo venidero

12 de Mayo de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

El nuevo viejo mundo venidero

luis_m_cruz

1.

Nos guste o no, vivimos en una era global, en donde lo que pasa a miles de kilómetros de nuestras fronteras afecta nuestra vida cotidiana, subraya Richard Haass, presidente del influyente Consejo de Relaciones Exteriores, en un libro imprescindible para comprender mejor la época contemporánea. En The World. A brief introduction, Haass sostiene que desde la posguerra muchas cosas han cambiado, incluso imperios han colapsado y ahora otros países emergen con renovadas o inéditas capacidades, pero la interdependencia, interconexión y necesidad de cooperación y coordinación son hoy más fuertes que nunca y los equilibrios que se logren habrán de determinar el sesgo de los grandes problemas globales.

2.

Esta vez fue un infeccioso coronavirus originado en una remota provincia de China, Wuhan, desconocida para casi todos hasta que esto sucedió, lo que ha puesto al mundo en una situación deplorable, causando una recesión profunda e impactos en la salud, la economía y la calidad de vida de miles de millones de seres humanos con efectos aún por resolver en los años venideros. La próxima vez podría ser otra enfermedad infecciosa o bien un atentado terrorista, como el 11/S que hace años golpeó al mundo y aún sacude extensas regiones del Oriente Medio, dado que diferentes grupos o intereses podrían pronto acceder a bombas sucias o propiciar ciberataques a sistemas vitales financieros o militares desde algún lugar en la amplia nube desde Rusia, China o el propio Estados Unidos. Ni qué decir de la injerencia abierta o soterrada en los procesos electorales públicos en las democracias occidentales. Tal es la nueva normalidad del siglo XXI: mayor incertidumbre, más vulnerabilidades y más amenazas intangibles a la estabilidad y seguridad de las naciones.

3.

Si bien es difícil anticipar dónde y cómo habrá de surgir una nueva crisis o amenaza, es posible crear resiliencia y prever cómo actuar en las diferentes situaciones. Es posible reformar las instituciones globales para responder de mejor manera a las vulnerabilidades venideras, como también fortalecer los sistemas nacionales de salud, hacerlos convertibles y multipropósitos, invertir en investigación y desarrollo de medidas preventivas y crear reservas contingentes para auxiliar

a los países más débiles y expuestos a los riesgos por venir.

4.

Suponer que los problemas globales no alcanzarán a algunos es un error; aún cuando se quiera olvidar al mundo, éste no nos ignora. Ya no existen fronteras inviolables ni barreras geográficas imbatibles. Los desafíos globales ahí están, a despecho de los aislacionistas y sus efectos a todos nos afectarán desproporcionalmente, aunque no todos hayamos participado en el banquete, es decir, no hayamos sido causantes de las asimetrías y desigualdades propias de la complejidad contemporánea.

5.

Nunca como ahora será necesario comprender lo que sucedió y lo que está por venir, para asumir lo que corresponde en la nueva responsabilidad y cooperación internacional ante los desafíos globales, incluyendo el cambio climático, la salud global, el terrorismo, la ciberseguridad, el desarrollo y la desigualdad, el armamentismo, la migración y el comercio. También para conducir los cambios inminentes en la cuarta revolución industrial, tecnológica y del conocimiento, que pueden resolver o empeorar los problemas, según se opte. Dependiendo de cómo se manejen estos desafíos, concluye Haass, las soluciones serán fuente de desorden, de cambio o de estabilidad. Para ello, será necesaria una nueva gobernanza basada en la responsabilidad y la construcción de soluciones asequibles, por ahora ausente en los centros de decisiones en China y Rusia por un lado; Estados Unidos y la Unión Europea por el otro y América Latina, Oceanía y Africa como actores o rehenes de todo aquello que les implica.

Te Recomendamos: