Huevos Benedictine

26 de Abril de 2024

Ana Saldaña

Huevos Benedictine

ana saldana

Cuando uno está de vacaciones o quiere un desayunar algo especial, hay ciertos platillos que traspasan fronteras y que se vuelven clásicos. Uno de estos platos icónicos que para mí no pueden faltar en el menú de desayunos son los Huevos Benedictine o también conocidos como “a la Benedictina”. Son pecaminosos y los relaciono con las vacaciones, cuando doy rienda suelta a mis antojos.

He probado un sinfín de variaciones y combinaciones. El tradicional Huevo Benedictine consiste de una base de un pan salado conocido como “english muffin”; una rebanada de jamón, un huevo escalfado y salsa holandesa. Hoy en día vemos propuestas con salmón, cangrejo, espinaca (que le llaman Huevos Florentina), para mencionar algunos. Lo que es cierto es que la preparación de este platillo en particular requiere de un amplio entendimiento de las técnicas culinarias. Primero, en la escalfada o cocción en agua del huevo, que no es cualquier cosa; y después en la elaboración de la emulsión de la salsa holandesa, lo cual hasta cierto punto, requiere de un entendimiento de química de alimentos. La consistencia de la salsa dependerá de tres factores: Uno, la cantidad de yemas que se utilicen para su elaboración (mientras más yema, más espesa); dos, el manejo de las temperaturas de la salsa para que se pueda ligar sin que se cocine el huevo de más y se hagan grumos; y tres, para mí lo más importante, la paciencia con la que se integran los elementos: mientras más lento se haga, mejor se va a hacer la emulsión.

La historia de los huevos es un misterio. Lo que parecería es que están basados en una preparación francesa renacentista llamada “œufs bénédictine”, consistente de un pan frito untado con “brandade” (un puré de bacalao salado y papas) con un huevo escalfado y bañado con salsa holandesa. Además, parecería que todos están de acuerdo en que los huevos como los conocemos el día de hoy se inventaron en la ciudad de Nueva York.

Hay tres historias. La primera cuenta como a finales del siglo pasado la Sra. Le Grand Benedict, cansada del menú de Delmonico’s, le pide al capitán que le pida al chef que le prepare algo diferente. Al preguntarle el capitán a la Sra. si tendría alguna sugerencia comenta que le gustarían unos huevos escalfados con una lonja de jamón, salsa holandesa y ralladura de trufa. La segunda se la atribuye al Sr.Commodre E.C. Benedict, un banquero que murió en 1920.

La tercera, la cual ha sido más documentada, cuenta que el Sr. Lemuel Benedict en 1894, un banquero retirado de Wall Street y cliente asiduo del Waldorf, tras una noche de parranda le pide al capitán Oscar Tschirky que le prepare un pan tostado con mantequilla, huevos escalfados con tocino crujiente y bañados de salsa holandesa. Después el capitán decide hacer sus propios experimentos y sustituye el pan por el “english muffin” y el tocino por el jamón.

Sin importar cual es su origen, lo cierto, es que es un desayuno que cuando está bien preparado, resulta un verdadero placer.

Espero que tengas un maravilloso día y recuerda; ¡hay que disfrutar el sabor de la vida!

***

Receta de Huevos a la Benedictina

4 piezas

2 “english muffins
4 rebanadas de jamón, tocino o salmón
1 yema de huevo
½ cucharada de jugo de limón
½ taza de mantequilla derretida MUY caliente (puedes derretirla en el microondas pero ten cuidado de no dejarla por mucho tiempo ya que puede sobre calentarse y explotar)
1 pizca de pimienta de Cayena o unas gotitas de Salsa Tabasco
Sal de grano al gusto
Pimienta recién molida al gusto
4 huevos muy frescos (mientras más frescos mejor se hacen)
½ cucharada de vinagre
Para decorar unas ramitas de cebollín o estragón fresco

  1. Corta los panes por la mitad y tuéstalos. Además cocina el tocino o calienta la lonja de jamón.
  2. En una olla pon a hervir el agua. Una vez que esté hirviendo agrega la sal y el vinagre. Reduce la temperatura para que no siga en ebullición el agua.
  3. Con cuidado en un recipiente pequeño casca el huevo (un huevo por recipiente).
  4. Para cocinar el huevo requerirás de la ayuda de una cuchara grande de metal. Con una mano sostiene la cuchara dentro del agua. Con la otra toma el recipiente que contiene el huevo y deslízalo con cuidado sobre la cuchara. Deja que el agua cocine 3 segundos el huevo y después retira la cuchara. Repite la operación, cada vez que agregues un huevo al agua, cuidando que no se peguen los huevos.
  5. Mientras que se cocinan los huevos, en la licuadora bate las yemas del huevo y el jugo de limón. Con cuidado y mientras la licuadora se encuentra en operación en el nivel más bajo, agrega poco a poco la mantequilla. Sazona la salsa con sal y si gustas la pimienta de Cayena o Salsa Tabasco.
  6. Remueve los huevos de la olla y ponlos sobre una toalla absorbente.
  7. Para montar el plato. Acomoda las rebanadas de pan, agrega la lonja de jamón (o el tocino o salmón), el huevo y finalmente baña la preparación con la salsa holandesa. Para decorar y agregar color puedes agregar cebollín o estragón fresco.
  8. Sírvelo inmediatamente y una vez en la mesa, con la ayuda del molino, muele un poco de pimienta fresca sobre el platillo.