Políticas de ajuste

28 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Políticas de ajuste

highlight_epn-sesion-plenaria-wef2016-a

Julio Cesar Hdez.

En Davos, México fue visto como lo caracterizó The Economist: un país con potencial pero a dos velocidades; una de éxito en las reformas, otra de agravios y rezagos aún pendientes.

1. Políticas de Ajuste. Una vez más, las previsiones económicas de buena parte del mundo se han derrumbado. La situación de extrema volatilidad e incertidumbre prevalecientes han hecho que las palabras “planeación” y “presupuestación” adquieran el significado que tienen, que prevén escenarios posibles que no necesariamente habrán de suceder.

De esta forma, esa correlación 20/20 para nuestros parámetros fundamentales que se ha ido configurando no era considerada probable; sólo algunas corredurías como Goldman Sachs estimaban que el precio internacional del petróleo podría rondar los 20 dólares y respecto de la cotización cercana a los 20 pesos por dólar, se traía la posibilidad en los considerandos extremos.

Las previsiones más conservadoras situaban el valor del petróleo en 30 dólares, en tanto que la paridad de nuestra moneda se estimaba en un máximo de 17 pesos por unidad. En lo que se refiere a las tasas de interés, éstas irían subiendo en cuartos de punto por trimestre, en el proceso conocido como “normalización” de la economía norteamericana.

Ahora, en una situación de vértigo, el precio del petróleo, obedeciendo al exceso de oferta, la reducción de riesgos geoestratégicos como el que representaba Irán y a la persistencia de la guerra de precios conque los países árabes de mayor producción intentan doblegar a las pequeñas y medianas empresas productoras de petróleo y gas de esquisto en los Estados Unidos, el petróleo de referencia está por debajo de los 30 dólares, lo que hace que la mezcla mexicana se vaya unos seis dólares más abajo.

En una circunstancia, además, en donde la reestructuración de la economía centralmente planificada de China, que ha puesto nerviosos a los mercados, los organismos multilaterales reunidos en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, estimaron a la baja las perspectivas de crecimiento mundial de este año, bajándole un par de décimas hacia el 3.4% y 2.6 para 2017. Dice el Fondo Monetario Internacional que un crecimiento anémico mundial, el dólar fuerte al representar un activo seguro, la baja del petróleo, la desaceleración de Cina y la caída de Brasil auguran un año difícil, uno más de los que se han presentado desde la gran crisis financiera global de 2008.

La recomendación implícita para los países exportadores de materias primas, es decir, las llamadas “economías emergentes”, es aplicar políticas de ajuste que compensen los menores ingresos, mediante recortes al gasto público, hacerlo más eficiente, así como incrementar la captación de recursos fiscales no petroleros.

2. Efectos en México. Ante ello, la perspectiva mexicana deberá considerar también una reducción análoga, por lo que el estimado del FMI para nuestro país es de 2.6% en 2016 y 2.9% para 2017. Al respecto, el director del Banco de México, en extremo prudencial, advierte de la posibilidad de un choque externo de gran magnitud, incluso hablando en voz baja de una recesión que podría arrastrar a las principales economías.

De alguna manera, las malas noticias de la economía mundial tienen un efecto diferente en nuestro país a lo que solía ser en el pasado. Todavía en la gran crisis financiera global de 2008 el impacto fue directo y frontal, cayendo el Producto Interno Bruto casi 7 puntos. Ahora, el componente petrolero de nuestra economía es bastante menor, representando el 10% del PIB y el 18% de los ingresos públicos, por lo que el efecto habrá de ser sensiblemente menor.

En Davos, como lo señaló el Presidente Enrique Peña Nieto, nuestro país pudo mostrar resultados apreciables aún en el contexto de la incertidumbre mundial, pues varios de los efectos perniciosos pudieron ser anticipados y enfrentados con el programa de reformas estructurales emprendido desde hace tres años. De esta forma, a la despetrolización de la economía y de las finanzas públicas le acompañaron reformas que abren nuevos campos a la inversión, la producción y la competitividad. En materia de Telecomunicaciones, la reducción de tarifas y la licitación de nuevas frecuencias, incluida la desaparición del cobro de larga distancia nacional, ha creado oportunidades de inversión que mantienen esta industria en movimiento.

En materia energética, no obstante los bajos precios del petróleo, los inversionistas están posicionándose en las licitaciones para cuando la industria remonte, lo que podría suceder en un par de años. Y en lo que se refiere a electricidad, gasolinas y otras formas alternas de energía, las inversiones se están realizando y los precios de la electricidad están bajando, desde un 7% en las tarifas domésticas, hasta un 50% en las industriales, lo que se ha traducido en una competitividad de nuestros productos no sólo por costos más bajos, sino también, paradójicamente, por la subvaluación observable en nuestra moneda, lo que hace más baratas y competitivas las exportaciones mexicanas hacia los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial y una economía cuyas previsiones siguen siendo las de crecer como una locomotora mundial que habrá de llevarnos consigo, ahora de una manera virtuosa.

El principal riesgo interno habrá de ser la forma en que el contexto mundial adverso se refleje en los precios de las importaciones e insumos que provienen del exterior, ahora más caros debido al alto precio del dólar, así como la reducción de los ingresos petroleros, que podrían estar cayendo hacia el 10% del total de los ingresos públicos. Ello implicaría eventuales acciones de contención en el ejercicio del gasto público y, posiblemente, alguna reducción del gasto público adicional a las que ya fueron presupuestadas en el esquema de la base cero. Algunas voces empresariales ya advierten que el ejercicio del gasto no debe contenerse al extremo que lo fue en 2013, que al tardarse la liberación de los recursos, provocó la sequía de recursos y una reducción del crecimiento económico.

Lo que destaca en esta situación es que México no está inerme, sino que cuenta aún con un margen de maniobra adecuado, protegido por el cambio en la integración de la economía (ya no somos un país fundamentalmente petrolero) y la cercanía con la economía norteamericana, por ahora la única que está creciendo y lo seguirá haciendo, impulsando las expectativas del sector exportador, beneficiado éste también por un dólar caro que abarata las exportaciones mexicanas.

En ello suma también que nuestro país resulta atractivo a la inversión extranjera porque está impulsando su programa de reformas internas, con una perspectiva de éxito y de incremento del nivel inercial del crecimiento económico. La perspectiva actual, descontando los efectos de la incertidumbre mundial, es un horizonte sostenible de 3.5% para los próximos años.

3. La nueva entidad federativa de la Ciudad de México. En lo que pudiera calificarse como un éxito relativo del actual jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Angel Mancera, la reforma política de la demarcación habrá de entrar en vigor y muy pronto, tras el proceso constituyente que le sigue, transformarse en una nueva entidad federativa de la República.

La transformación del Distrito Federal en la entidad federativa Ciudad de México se suma así a otros planteamientos exitosos que le han ido perfilando hacia el futuro inmediato, como han sido los planteamientos del Jefe de Gobierno en torno al salario mínimo que llevaron a la desindexación del mismo en la propuesta presidencial o la puesta en marcha del programa “Médico en su Casa” que le han atraído reconocimiento internacional como una política progresista.

En lo que se refiere en sí a los contenidos de la reforma política, resalta que no se trata de equiparar a la Ciudad de México con los demás Estados de la República, sino que se crea una entidad jurídica excepcional, con un diseño diferente al de los demás. En principio, la nueva entidad federativa se denominará tan sólo como “Ciudad de México”; tendrá un gobierno central que se llamará “Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México”, es decir, no será un gobernador; y las actuales Jefaturas Delegacionales se transformarán en Alcaldías con un Concejo electo al mismo tiempo que el Alcalde, pero no serán Municipios en el sentido estricto del término reconocido por la Constitución, al residir varias de las potestades municipales en el ámbito de atribuciones del nuevo gobierno de la Ciudad de México.

Asimismo, la actual Asamblea Legislativa del Distrito Federal será transformada en la Legislatura de la Ciudad de México, recuperando las potestades constitucionales correspondientes a un gobierno local, inclusive la del refrendo de las reformas constitucionales, siendo ahora parte del Constituyente Permanente.

En el proceso de aterrizaje de la reforma política, viene la elección de una Asamblea Constituyente, que tendrá lugar el próximo 5 de junio, que habrá de integrarse por 100 diputados con carácter honorario, 40 propuestos por el Senado y la Cámara de Diputados federales, la Presidencia de la República y la Jefatura de Gobierno del DF, a quien corresponderá además presentar el proyecto de Constitución de la Ciudad de México, y 60 electos por la ciudadanía en una forma también sui generis, que combina el mecanismo del doble voto simultáneo para los candidatos independientes con el de representación proporcional pura para las propuestas de los partidos políticos.

En lo que se refiere a la sede de los Poderes Federales, éstos seguirán teniendo su residencia en la Ciudad de México pero tendrán jurisdicción estrictamente sobre los inmuebles que actualmente ocupan, por lo que el Gobierno Federal deberá establecer un “fondo de capitalidad” mediante el cual cubrirá a la Ciudad los gastos que le representa el ser la sede de los Poderes de la Unión. La Federación asumirá, además, la cobertura de los gastos en Educación y en Salud, lo que incrementa los privilegios de la nueva entidad federativa, mismos que no tienen los otros Estados de la República.

Grandes ciudades capitales de otros países tienen también estatutos especiales. Sea el Distrito de Columbia en Washington, la Alcaldía Mayor de Madrid o el Estado de la Ciudad de Buenos Aires. De ahí la relevancia de cómo logre aterrizarse la nueva entidad federativa de la Ciudad de México en lo que se refiere a la funcionalidad que debe guardar no sólo para sí, sino para la Nación en su conjunto.

4. México ante el Centenario de la Constitución. La discusión sobre la Constitución Política de la Ciudad de México habrá de ocupar el escenario de aquí a su entrada en vigor, prevista para el 17 de enero de 2017, año del Centenario de la Constitución de 1917. El jefe de Gobierno, Miguel Angel Mancera, anticipa que será una “Constitución progresista”, es decir, con un elevado sentido social y ciudadano. Será inevitable el referente a un proyecto de Nación, que es una discusión habitual en las izquierdas, como también lo relativo al propio Centenario de la Constitución federal, en el que muchos otros temas estarán también a debate. No faltarán quienes señalen que se requeriría también una nueva Constitución Federal, cuando quizá lo más apropiado sería tender hacia su ordenamiento, consolidando los derechos humanos, sociales y la organización política republicana, federal y representativa que con tanto tiempo y esfuerzos hemos construido los mexicanos.

Mucho de ello habrá de hablarse y discutirse en los próximos meses, estando México ante el Centenario de su Constitución. El arranque del debate será posible apreciarlo el 2 de febrero próximo, cuando en el preámbulo del 5 de Febrero, 99º aniversario constitucional, habrá de realizarse en la Cámara de Diputados el panel “México ante el Centenario de la Constitución”, con la participación de destacados constitucionalistas como los doctores Diego Valadés, Francisco Valdés Ugalde y Pedro Salazar Ugarte así como el presidente de la Junta de Coordinación Política, doctor César Camacho, tras lo cual habrá de realizarse con sede en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el VII Congreso Nacional de Derecho Constitucional, organizado por el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, entre otras instituciones.

De lo más interesante, será sin duda una discusión de tal envergadura que apenas empieza.

5. Chapoteo. Sigue el chapoteo. El involucramiento de la actriz, otros actores, directores y productores de Hollywood con las actividades ilícitas del jefe del cártel de Sinaloa está mostrando un rostro inusual del narcotráfico, que es la capacidad que tiene para corromper y expandir sus actividades.

No es difícil imaginar qué hubiera pasado de haber prosperado el factor Kate, posicionando al Chapo en el corazón de la industria del entretenimiento norteamericano.

La detención, indudablemente, ha movido los resortes de la situación en el país, sometido como ha estado al deterioro de la imagen pública del gobierno y del titular del Ejecutivo Federal.

El hecho de que, en la víspera de una importante gira internacional en la que la detención del “chapo” Guzmán constituye un activo, se haya dado también la detención en España del ex gobernador y ex presidente del PRI, Humberto Moreira, cuyos cargos de corrupción presentados por la fiscalía anticorrupción han sido desestimados por los jueces de la Audiencia Nacional, hacen ver qué tanto debe seguirse trabajando en el fortalecimiento de las leyes e instituciones nacionales. Sin duda, la rendición de cuentas, habrá de seguirse viendo como una de las asignaturas pendientes de la nueva inserción de México en el ámbito internacional.

En la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, que fue el punto cimero de la gira presidencial, el país fue visto como lo dibujó The Economist hace poco, un país con potencial pero a dos velocidades: por un lado, es la estrella de las economías emergentes, navegando muy bien en medio de la tormenta del reacomodo tras la gran crisis financiera de hace ocho años; por el otro, inmerso aún en un déficit de credibilidad y confianza, sobre un mar de pobreza. México puede brillar, pero todavía tiene asignaturas pendientes.