WASHINGTON, EU.- El enviado especial de Estados Unidos a la coalición internacional que lucha contra el grupo Estado Islámico (EI), Brett McGurk, presentó el viernes su renuncia, informó el sábado un funcionario del Departamento de Estado. Su dimisión, que se hará efectiva el 31 de diciembre, se produce justo después de que el presidente Donald Trump ordenara en forma abrupta la retirada de las tropas estadounidenses de Siria, así como del anuncio de que el secretario de Defensa, Jim Mattis, dejaba su puesto, citando desacuerdos clave con el mandatario. McGurk, quien había sido designado por Barack Obama y a quien Trump mantuvo, dijo apenas la semana pasada que “nadie” estaba “declarando una misión cumplida” en la batalla contra el EI, solo días antes del sorprendente anuncio de victoria contra el movimiento yihadista por parte del presidente. Trump, quien pospuso sus vacaciones debido al fracaso en las negociaciones por el presupuesto que provocaron el cierre parcial del gobierno, insistió el sábado en que el EI “está prácticamente derrotado”. “Cuando me convertí en presidente, ISIS se estaba volviendo loco”, tuiteó el presidente, usando el acrónimo en inglés del grupo. “Ahora, ISIS está prácticamente derrotado y otros países locales, incluido Turquía, deberían poder encargarse fácilmente de lo que falta. ¡Estamos volviendo a casa!”, agregó. Según informes, McGurk dijo en su carta de renuncia que los militantes del EI no fueron derrotados, y que el retiro prematuro de las tropas estadounidenses podría fomentar condiciones que permitan a los yihadistas volver a amasar el poder en la región. El enviado de 45 años debía abandonar su puesto en febrero, pero, según informes, sintió que ya no podía continuar el trabajo después de la declaración de Trump. La noticia cerró una semana caótica en la que Mattis, visto como una voz moderada en la voluble Casa Blanca de Trump, renunció después de decirle al presidente que no podía aceptar su decisión sobre Siria. La retirada de las tropas de choque dejará a miles de combatientes kurdos, que el Pentágono pasó años entrenando y armando para luchar contra el EI, vulnerables frente un ataque turco. “Sería imprudente si solo dijéramos: ‘Bueno, el califato físico está derrotado, así que podemos irnos ahora’”, dijo McGurk a periodistas a principios de este mes. “Creo que cualquiera que haya visto un conflicto como este estaría de acuerdo con eso”. RB