Revelan pagos a científicos para apoyar refresqueras en México

3 de Mayo de 2024

Revelan pagos a científicos para apoyar refresqueras en México

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Se financiaron estudios que mostraran la ineficacia del impuesto que se puso a las bebidas azucaradas en 2014, los cuales además se publicaron sin revisión por pares

La industria de alimentos y bebidas procesadas pagó a científicos para que produjeran investigaciones que sugirieran que el impuesto que se puso a las bebidas azucaradas en México en 2014 no consiguió aportar beneficios para la salud de la población y perjudicó a la economía.

Esta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por investigadores del Archivo de Documentos de la Industria Alimentaria de la Universidad de California en San Francisco, que además señala que esos estudios hechos “a modo” se difundieron antes de que los estudios independientes pudieran publicarse en revistas revisadas por pares.

México es el mercado de refrescos más grande del mundo y tiene altas tasas de obesidad y diabetes tipo 2, lo que condujo a que los legisladores mexicanos implementaran uno de los primeros impuestos de salud pública del mundo sobre las bebidas azucaradas en 2014, explican los autores de la investigación publicada en The BMJ (por las siglas en inglés para la Revista Médica Británica).

“Nuestra revisión de la literatura encontró que los estudios financiados por la industria utilizaron rutinariamente estrategias discursivas para restar importancia a la efectividad de la política de impuestos a las bebidas gaseosas en México”, escriben los autores.

En duda. Con varias hipótesis, se intentó demostrar que el impuesto no aportó beneficios.

Los investigadores destacan un estudio de expertos de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), que argumentaba que el impuesto haría que se perdieran puestos de trabajo; uno del Colegio de México, en que se dice que los impuestos son regresivos y van contra la justicia social, y uno más del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) que argumenta que el impuesto no tuvo impacto en el índice de obesidad.

Las evaluaciones independientes, sin conflicto de interés y revisadas por pares salieron aproximadamente dos años después y tuvieron relevancia en una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual no llegó a recomendar formalmente los impuestos a las bebidas gaseosas en su informe final Time to Deliver, debido a la disidencia del delegado de Estados Unidos.

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