Abolir los privilegios

26 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Abolir los privilegios

enrique del val

Thomas Piketty, quien recibió el premio que otorga el Banco de Suecia en honor de Alfred Nobel, acaba de publicar un nuevo libro todavía sin traducción al español, que en este idioma se titula Una breve historia de la igualdad. Como bien dice la revista Le Nouvel Observateur, Piketty es más famoso fuera de Francia.

Según explica el autor, el libro es resultado de que mucha gente le pedía que hiciera algo menos voluminoso para entender y difundir sus ideas. Así surgió el volumen en francés, de 350 páginas, mucho más breve que sus anteriores y famosas obras, las cuales rebasan las mil páginas.

Hay que decir que, en este libro, al igual que en sus obras ya publicadas, Piketty se dedica fundamentalmente al estudio de la desigualdad dentro del capitalismo y muchas de sus propuestas son parecidas a las que decenas de estudiosos e investigadores de nuestra América hemos venido haciendo por años, pero sin tener el éxito de difusión del que han gozado sus obras, sobre todo, a partir de la obtención del Nobel. Incluso el presidente Obama y parte de la izquierda estadounidense lo han mencionado, y la revista inglesa The Economist ha escrito que es la versión de un “Marx moderno,” lo cual creo que es una exageración, pero conveniente a los intereses que siempre defiende esta revista.

El tema de la desigualdad está de moda en Europa por el fracaso, entre otras cosas, de la socialdemocracia, misma que ha permitido el crecimiento de este problema que recorre todo el mundo.

Ningún país ha podido vencer la desigualdad reduciendo la pobreza que se está generando desde antes de la pandemia. Quizás por ello, los buenos análisis hechos por Piketty han permitido que este tema cobre de nuevo importancia mayúscula. Esto hay que reconocerlo como una gran aportación.

Como ejemplo está Francia, donde el señor Jean-Luc Mélenchon, fundador del movimiento Francia Insumisa y candidato a la Presidencia, ha declarado esta semana que su país se encuentra en un estado de inseguridad alimentaria, como lo demuestra el hecho de que el 50% de las frutas y legumbres se importen y que haya ocho millones de ciudadanos que requieren de la ayuda alimentaria.

La obesidad se acerca al 15% de la población, o sea, 10 millones de franceses que, junto con los diabéticos, le cuestan a la seguridad social ocho mil millones de euros.

Según Piketty hay que abolir los privilegios, empezando por resolver y reducir la inmensa fortuna de unos cuantos, no solo en Francia, sino en todos los países, incrementando los impuestos a las compañías transnacionales y nacionales, así como modificando los derechos de herencia para no perseverar en la desigualdad que hace que el 1% de los franceses tenga el 25% de la riqueza, mientras que el 50% detente solamente el cinco por ciento.

Para modificar esta situación, Piketty propone una forma de “socialismo democrático descentralizado, participativo, autogestionario, feminista y ecológico”, en donde se garantice a todos un salario mínimo que sea la base de la obtención de un empleo y el pleno gozo de los derechos asociados a un estado social (salud y educación gratuitos, pensiones garantizadas, derechos sindicales, entre otros) y que sea totalmente diferente al “socialismo chino que es estatal y autoritario”.

Esto sería posible, según él, si se lograra que existiera el impuesto progresivo a las fortunas, a los ingresos y a las herencias que, a su juicio, son de los principales elementos que reducirían la desigualdad.

Es decir, las propuestas van en el sentido de mejorar el sistema capitalista y no de abolirlo, considerando que las fuerzas de este cambio son, sin duda, el calentamiento global y lo que llama “la lucha de las ideologías” y, en ese sentido, su propuesta tiene muy poco de Marx y mucho de socialdemócrata moderno.

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