Una de las cosas más importantes que están ocurriendo a raíz de la pandemia se encuentra en el campo económico, donde los países desarrollados se han dado cuenta que seguir con las políticas tradicionales del neoliberalismo ocasionaría quizás el derrumbe del sistema, por lo que, inteligentemente, se han puesto a trabajar para rehacer el sistema capitalista.
De esta forma, en la Comunidad Europea han respondido apoyando de una manera inmediata para paliar la situación de varios de los países del área, los tradicionales del sur.
Una vez más, Alemania ha dado la nota en conjunción con el gobierno francés, quien sufre las consecuencias de la pandemia de una manera severa.
Ambos países han propuesto, y la Comisión Europea ha anunciado, un paquete de 500 mil millones de euros de ayuda directa, más 250 mil millones en calidad de préstamo a los Estados miembros para ayudarlos a salir adelante.
Muchos están sorprendidos del cambio de actitud de la canciller Merkel y su gobierno, ya que tradicionalmente suelen poner muchos peros a las ayudas para otros países. No obstante, ellos mismos se dieron cuenta de la gravedad y otorgaron un paquete de estímulos impresionante para su nación, con el fin de hacer lo posible por salir de la recesión y, sobre todo, como apoyo a cerca de ocho millones de trabajadores que se han quedado sin empleo.
No fue fácil convencer a los holandeses y austriacos, entre otros, a aceptar esta propuesta, pero el peso de Alemania los convenció de que esta medida es, si no la única, sí una de las mejores para que el capitalismo se renueve.
De conformidad con lo expresado por la presidenta de la Comisión, la alemana Úrsula von der Leyden, estos 750 mil millones de euros serán pagados en un plazo de 30 años y hasta 2028 se hará el primer pago del capital prestado. Además, se destinarán 55 mil millones de euros, denominados fondos de cohesión, que permitirán reducir el uso de combustibles fósiles.
Asimismo, la Comisión espera que la Unión Europea acepte varias de las propuestas que ha hecho para incrementar los recursos de los Estados miembros, como son un impuesto especial a las grandes compañías, otro impuesto a los denominados GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon) y un impuesto denominado carbono en las fronteras comunes. La implantación de los mismos hará que se disminuyan las contribuciones nacionales de los miembros.
Los organismos multinacionales, como el Banco Mundial o la OCDE, también están en el camino de modificar sus políticas. En palabras de la economista jefa de la OCDE, Laurence Boone, el no gastar hoy no es una opción, dadas las circunstancias, por lo que el apoyo fiscal es necesario para asegurar que el crecimiento se recupere rápido.
El cálculo que tienen es de una caída entre seis y 7.5% del PIB para este año, principalmente para aquellos países que dependen mayormente del turismo y la cultura en Europa, como son los casos de España, Francia e Italia.
A todo este plan lo han denominado la “Nueva Generación de la Unión Europea” y, según ellos, les permitirá salir adelante y hacer frente a la invasión de las empresas chinas en el continente.
Como vemos, hasta países más endeudados del mundo, como Francia, Italia y España, están dispuestos a endeudarse para salir adelante ayudando a sus empresas y, sobre todo, a sus ciudadanos.
México no tiene ni la mitad de la deuda con respecto al PIB de los tres países mencionados y hasta ahora los apoyos que ha dado el gobierno han sido, por decir lo menos, ínfimos y no acordes con lo que estamos viviendo.
Los europeos vieron que si no se actuaba rápido el descontento social sería imparable, ojalá y también lo vean nuestras autoridades, porque las consecuencias pueden ser terribles, no solo para los actuales gobernantes sino para la nación entera.