El Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, fue un nuevo escenario para que quedara claro el apoyo de varios de los países más poderosos del mundo hacia Ucrania, así como el rechazo hacia Rusia.
Volodymyr Zelenski, presidente de Ucrania, aprovechó el primer día de este foro para pedir el fin de cualquier tipo de comercio con Rusia y el “máximo” de sanciones posibles, al tiempo que volvió a reclamar armas para su país.
La exrepública soviética, en cambio, no fue invitada, y aunado a la inclusión a la lista negra de sus oligarcas, un millonario ucraniano convirtió la estación de esquí donde solían reunirse los diplomáticos de este país en la “Casa de los Crímenes de Guerra de Rusia”.
Esta iniciativa, seguida por otros ucranianos, tiene contemplados varios actos para contar lo que está ocurriendo en su país, que lleva tres meses resistiendo la invasión lanzada por Vladímir Putin. Las actividades incluyen una exposición fotográfica en el sitio, con imágenes de cementerios, de cuerpos bajo lonas negras e incluso la de un niño con respirador en el hospital, así como los edificios en ruinas destruidos por las bombas.
Junto a las fotos, toda una pared la ocupa un gran mapa de Ucrania, todavía “incompleto”, que enumera los “crímenes de guerra rusos” en el país.
Cabe destacar que este lunes, la cadena Starbucks anunció su retiro total del país, y anteriormente, Boris Bondarev, consejero ruso ante las Naciones Unidas en Ginebra, renunció a su cargo, expresando vergüenza por la invasión rusa de Ucrania y describiéndola como “un crimen contra ambos países”.