Durante seis años la marcha de 43 familias se manifiesta como el recordatorio de un hecho que no deja de cimbrar a México: la desaparición de los normalistas, pero en esta ocasión tampoco hay claridad sobre aquella noche de Iguala
La policía reprimió a los manifestantes con carros lanza-agua, gases lacrimógenos y sprays pimienta, algunos de los cuales respondieron lanzando piedras a las decenas de uniformados y carros blindados