Por Luis León y Bet-biraí Nieto
Si en enero, al llegar a la presidencia, Donald Trump lograra suspender tan sólo un año el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el golpe económico únicamente para Estados Unidos superaría los 5 mil millones de dólares, seis de sus estados más importantes sufrirían una crisis comercial y de servicios, y más de 5 millones de empleos se perderían.
Es decir, el 29.9% de la cadena productiva desaparecería en la Unión Americana. En realidad todo el país se vería afectado en mayor o menor medida, dada la producción combinada que generan las más de 25 mil empresas que diariamente comercian desde Estados Unidos hacia Canadá y México.
Y un daño más, el desempleo que generaría ese año sin TLCAN provocaría un boquete a la hacienda pública del gobierno de Trump de por lo menos 12 mil millones de dólares por impuestos que dejarían de pagar, por la pérdida de sus empleos, los inmigrantes ilegales que realizan a través de números de seguridad social apócrifos.
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Los daños causados a la economía de los ciudadanos estadunidenses serían graves e inmediatos. Basta verlo en cada lugar, por ejemplo, en Wisconsin, un estado al norte de Estados Unidos que desde 1992 a elegido a los presidentes demócratas, pero que este año salió a votar por Trump, de cancelarse el TLCAN dejaría de crecer 4% en exportaciones de sus productos a México —que, por cierto, hoy supera el total del comercio con Francia— y en sólo un año sufriría una pérdida directa a su economía por 5 mil 600 millones de dólares.
Y es que Wisconsin es un estado agrícola por tradición y el mayor productor de lácteos de Estados Unidos. Alrededor de 60% de los migrantes en las granjas lecheras de ese estado son indocumentados, si se vieran obligados a abandonar su trabajo, se perdería hasta 14 mil 600 millones de dólares en la actividad económica del estado, según un informe del Instituto de Política de Inmigración.
Gordon Speirs, un agricultor de Brillion y presidente del estado de la Asociación de Empresas Lácteas, dijo al Chicago Tribune: “sin mano de obra inmigrante, se cerrarían las industrias lácteas, la producción caería y los consumidores pagaría casi el doble por la leche, de acuerdo con un estudio financiado por los productores de leche que estimaron el costo para la economía de Estados Unidos en 32 mil millones dólares”.
Sólo México le compró en 2015 a Wisconsin casi tres mil millones de dólares, lo que significa que el 9.4% de las exportaciones de este estado vienen a parar a nuestro país. Pero no sólo ese sector se vería afectado, también el mercado de bienes (que representa el segundo lugar en exportaciones hacia México) y transportes, que es la mayor industria de exportación del estado, por lo que se dejarían de comercializar 538 millones anuales, así como el 25% de las exportaciones totales de este sector.
El posible colapso
Los 50 estados de Estados Unidos sufrirían algún tipo de daño económico si Estados Unidos se retirara del TLCAN, pero siete de ellos sufrirían un golpe crítico a su economía: Nuevo México, Arizona, Texas, Dakota del Sur, California, Michigan y Nueva York.
El punto central del TLCAN es que construyó estas cadenas de valor productivas entre Canadá, México y Estados Unidos, que generan un producto que al terminarlo se podría decir “Hecho en Norteamérica”. Esta vinculación es particularmente importante para elaborar equipos nucleares, maquinaria eléctrica, partes de vehículos de motor, combustibles y aceites minerales y plásticos, productos todos que, si dejaran de ensamblarse como ahora, significaría pérdidas millonarias para las empresas, porque los Estados Unidos proporcionan hasta el 50% de todos los insumos para las maquiladoras y empresas de ensamblaje en México, que representa 41 mil millones en ventas anuales para ambos países.
Pero aterricémoslo aún más. Si la administración de Donald Trump se retira del TLCAN, Arizona —un estado que sus votos favorecieron a los republicanos—, dejaría de exportar 9 mil millones de dólares anuales en productos de cómputo, electrónica y minerales, considerando que el 96% de la exportación mundial de sus minerales van hacia nuestro país.
Tal y como ocurrió entre 2008 y 2015, en Arizona, la población de trabajadores indocumentados disminuyó en 40%, a causa del endurecimiento de las reglas migratorias y se calcula que su salida redujo en ese entonces el Producto Interno Bruto (PIB) del estado, en un promedio de 2% anual.
En Texas —que votó a favor de Trump— sus ciudadanos dejarían de obtener ingresos por la comercialización de sus equipos de cómputo, para el transporte, productos químicos y agrícolas, y derivados del petróleo, por 94 mil 524 millones de dólares. Uno de cada seis texanos es migrante y 4.2 millones de ellos llaman a Texas su hogar. Por ejemplo, en 2011, sus negocios contribuyeron con cuatro mil 400 millones de dólares a la economía de la entidad donde se producen lácteos, huevos, miel y aves de corral, lo que significó una quinta parte de las ganancias totales de las pequeñas empresas; aportando 65 mil millones de dólares a la producción económica en términos salariales y pagaron más de 1.6 millones de dólares en impuestos estatales y locales.
Y Nevada, que votó a favor de los demócratas, dejaría de exportar a México, por ejemplo, equipo eléctrico, computadoras y productos mineros. La caída de esas exportaciones representaría una pérdida por 447 millones de dólares anuales para el estado. A esto hay que sumar la gran pérdida de recursos fiscales recaudados a los inmigrantes trabajadores en los grandes centros de apuestas y el sector de la construcción, que ronda los 9 millones de dólares anuales, porque es el estado que concentra la mayor proporción de inmigrantes indocumentados que en cualquier otro estado con 210 mil, por lo que constituyen 8% de la población estatal.
Industria con ruedas y alas
En la industria aeronáutica México exporta alrededor de 3 mil 500 millones de dólares en equipos aeroespaciales por año, colocando al país en el lugar número 12 en las tablas mundiales en la materia. A pesar del dinamismo del empleo en México en este sector económico, muchas materias primas como el aluminio de alta calidad pueden ser difíciles de conseguir aquí, junto con maquinaria industrial especializada que todavía se fabrica en China y debe ser importada a un alto costo, lo que significa una derrama económica en Estados Unidos considerable por la compra de insumos.
Y en materia automotriz, Estados Unidos representa el 19% de la producción de vehículos a nivel mundial. Los automóviles armados en Estados Unidos tienen un 33% de componentes de origen mexicano. En contraste, la producción en México contiene 40% de sus componentes son de origen estadunidense.
En pocas palabras, una cancelación del TLCAN por parte del gobierno de Donald Trump con México afectaría inmediatamente a muchos estados de aquel país por la simbiosis comercial que representa este acuerdo.
Estados como Minnesota dejarían de exportar alrededor de cuatro mil millones de dólares anuales en equipos de transporte y aceite de soja; Kentucky, con un poco más de dos mil millones de dólares anuales en equipo de transporte; Tennessee, con 12 mil millones de dólares anuales en productos de papel y equipo de transporte; Michigan, con 11 mil 138 millones equipo de transporte, especialmente para los automóviles y maquinaria pesada, y Ohio, que sus exportaciones en equipo de transporte son enviadas a territorio mexicano y por los cuales obtiene alrededor de 2 mil millones de dólares.
La afectación en la cadena productiva integrada desde hace 22 años que tiene vigente el TLCAN se colapsaría por una decisión ejecutiva de Trump, nadie se salvaría de ser golpeado por la ausencia de la participación comercial de México y Canadá en Norteamérica.
Todos pierden
La lista de productos afectados en la cadena productiva integrada por Estados Unidos, Canadá y México sería interminable, pero todos, absolutamente todos los estados de la Unión Americana se verían afectados: el Turismo en Nueva York; la venta de televisiones plasmas de Carolina del Sur, el turismo en Florida con sus 435 mil mexicanos viajeros anuales; los equipos ópticos, fotográficos, médicos y quirúrgicos del Distrito de Columbia; los vestidos y químicos de Carolina del Norte que generan 151 mil empleos; los fármacos de Nueva Jersey con su tasa del 1.6% de crecimiento comercial anual con México respecto al resto del mundo; el papel de Maine que es su principal producto de exportación con sus modestos 60 millones de dólares anuales vendidos a México, y qué tal las manzanas de Washington de las que México es el importador número uno de ellas.
Hablando de manzanas, los productos californianos representan casi 7 billones de dólares anuales en exportaciones hacia nuestro país, específicamente, en productos de cómputo y telefonía, los mexicanos pasan noches en vela para poder comprarlos.
Y es que México es el aliado estratégico de Estados Unidos que Trump quiere golpear, pero es el segundo destino más importante para sus exportaciones y la tercera fuente de importaciones para las compañías estadunidenses.