Tráfico de arena, problema invisible

17 de Mayo de 2024

Tráfico de arena, problema invisible

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La extracción de este material es insostenible y la ONU lo confirma, pues para obtenerla, muchas veces se drenan ríos y cuerpos de agua, lo que representa graves daños a los ecosistemas

En el mundo del tráfico y comercio ilegal, son muchos los productos que sabemos que se extraen ilícitamente, y otros tantos los que podemos imaginar. Pero hay un material tan codiciado como cotidiano y necesario: la arena.

Para casi cualquier tipo de construcción, la arena es indispensable, y esto ha generado una sobreexplotación en desiertos, playas y otros cuerpos de agua. Algunas empresas se dedican a su extracción, pero también participa el crimen organizado, con apoyo de los distintos gobiernos donde ocurre este tráfico.

No es fácil rastrear la extracción y comercio de arena, ni siquiera entre las empresas legales. Se sabe que uno de los lugares donde se obtiene más arena de forma ilegal es Marruecos. Allí, se han localizado playas cerradas al público, donde el crimen organizado extrae impunemente varias toneladas cada día. Las diferencias entre el material legal y el traficado son mínimas, y los compradores rara vez verifican su legitimidad, convirtiendo este mercado en muy lucrativo.

Según datos de Luis Fernando Ramadon, especialista de la policía federal de Brasil, que estudia las industrias extractivas, el comercio ilegal de arena en todo el mundo suma entre 200 mil millones y 350 mil millones de dólares cada año. La cifra es superior a lo que concentran las industrias de tala ilegal, minería de oro y pesca.

El comercio florece gracias a que se trata de un elemento común y corriente. Pero no es renovable, y algunos ecosistemas ya se están viendo afectados.

Según estimaciones, cada año se usan hasta 50 mil millones de toneladas métricas de arena para la producción de hormigón y otros materiales referentes a la construcción. El único recurso natural más consumido es el agua.

Y es que la extracción de este material es insostenible, y la propia ONU lo confirma. Para obtenerla, muchas veces se drenan ríos y cuerpos de agua, lo que representa graves daños a los ecosistemas.

Desaparición de especies, aumento de inundaciones y sequías, y alteraciones de la vida marina son solo algunos de los problemas, pero a medida que este comercio ilegal prospera, las consecuencias podrían aumentar. Y se prevé que en tan sólo 25 años no haya arena suficiente que extraer, para cubrir las necesidades de la construcción.

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