Traspaso a la economía real

28 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Traspaso a la economía real

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El deterioro de las perspectivas del sector externo exigía hechos, no sólo cautela, del gobierno mexicano.

1.Traspaso a la economía real. Tras el impacto de las medidas cautelares adoptadas por el gobierno mexicano para enfrentar las nuevas circunstancias de volatilidad e incertidumbre exterior que retan el desempeño de la economía mexicana, en lo interno se ha generado una repuesta dual. En el plano político, nutre por supuesto las críticas de la oposición, sobre todo la más radical en términos económicos, que es la del PAN, para quien se trataría de una prueba de que la política económica no va bien, y que la política fiscal requiere cambiarse por la reversa que han estado buscando establecer conforme a su estrategia política y legislativa. Según el PAN, se requeriría menos Estado y más mercado, menores tasas impositivas y más facilidades e incentivos fiscales a los empresarios, entre otras medidas que esencialmente pondrían más dinero en sus manos.

En el caso de las izquierdas, la crítica se centra en Pemex, la entidad pública más afectada tanto por la caída del precio del petróleo como por el ajuste del gasto, al recortar 100 mil millones de pesos sobre todo el gasto de inversión. En sí, el ajuste se estimó adecuado, en tanto no afecta el gasto o las prioridades sociales. En el terreno estrictamente económico, los primeros efectos corrigieron el nerviosismo y permitieron recuperar terreno a la cotización del peso, que se estaría situando en 18.32 pesos por dólar, estimando los analistas del sector privado que podría estabilizarse a 18 pesos en los próximos días. En lo que se refiere al petróleo, las dudas subsisten pues, no obstante los acuerdos entre Arabia Saudita y Rusia para congelar la producción, se estima que habrá sobreoferta aún por un periodo largo, con lo que la debilidad de los ingresos petroleros mexicanos será una constante en los próximos años.

Como sucede con todo recorte al gasto, que tiende a afectar la inversión pública, los analistas del sector privado están considerando una disminución del crecimiento económico esperado. Si bien la SHCP mantiene su previsión del 2.6% a 3% para 2016, en el sector privado se estima que la variable tenderá a irse hacia el 2%, ubicando la marca por el momento en 2.3%.

El otro efecto del traspaso de la volatilidad mundial a la economía mexicana, se estaría dando en el terreno del costo del dinero y de la inflación. Al subir la tasa de referencia, en automático suben las demás tasas del crédito, que es lo que ha estado impulsando el dinamismo interno. De igual forma, en el sector privado se estima que los precios de productos básicos se estarían incrementando en promedio hasta un 10%.

Más allá de que prudencialmente fuera necesario para evitar un shock de mayor envergadura, el tercer ajuste económico, inevitablemente, habrá de cambiar las variables económicas de este año, afectando el crecimiento económico, la inflación, la paridad del peso/dólar, la generación de empleos al cancelarse proyectos de inversión y hasta el dinamismo de la economía interna, al ser más caro el crédito.

Desde el punto de vista del gobierno, lo que procede es proseguir manejando la responsabilidad, prudencia y certeza para asegurar la salud de las finanzas públicas, protegiendo el gasto social, la generación de empleos y las inversiones prioritarias, subrayando que el costo del ajuste lo absorbe el gobierno sin elevar impuestos ni transferirlo a las familias con mayores precios públicos, que siguen a la baja en gasolinas, energía eléctrica, telefonía y conectividad, entre otros elementos que favorecen la competitividad de la economía.

La reforma fiscal ha sido progresiva (hoy pagan más impuestos quienes más tienen, se han reducido privilegios y exenciones); de no haberse realizado la reforma hacendaria, el recorte habría significado hasta 500 mil millones de pesos además de que se requeriría subir impuestos para financiar el gasto; y, finalmente, es el gobierno quien realizará el mayor aporte, al reducir el gasto y adelgazar sus estructuras.

2.Variables del mercado. Al momento, para justipreciar el impacto de las medidas económicas adoptadas por el gobierno mexicano en los mercados, el valor de las variables se sitúa en lo siguiente: El índice de la Bolsa Mexicana de Valores, en 43,305 puntos, sin un cambio perceptible, sólo reflejando estabilidad.

El tipo de cambio, venta al mayoreo, se sitúa en 18.30 pesos por dólar, estabilizándose también sobre esta marca (es un peso menos del valor máximo alcanzado la semana pasada).

El precio del barril de petróleo WTI de referencia, se sitúa en 32.22 dólares, con lo que la mezcla mexicana de exportación estaría sobre los 24.95 dólares. Obsérvese que la tasa interbancaria de equilibrio (TIIE) está ya en 4.0303%, dato que significa un inmediato traspaso del ajuste a la economía real al hacer más caro cualquier financiamiento bancario.

INEGI dio a conocer el repunte de la inflación al mes de enero, situando su valor en 2.94%, lo que rompe la racha de descenso de esta variable, que estaría recogiendo los primeros efectos del encarecimiento de importaciones generadas por el superdólar.

3. Datos del ajuste económico. Finalmente, el gobierno mexicano decidió anticipar efectos y asumió un control de daños anticipado, ejerciendo el tercer ajuste preventivo en lo que va de la administración.

El primero, fue en el ejercicio fiscal del 2015, cuando recortó el gasto también un 0.7% o 135 mil millones de pesos, resintiendo la primera caída en los precios del petróleo que, al menos presupuestalmente, pasaron de 86 a 79 dólares el barril, conforme a las coberturas entonces contratadas.

El segundo ajuste se adoptó en la aprobación del presupuesto de Egresos de la Federación para 2016, cuando el gasto se redujo 2% en términos reales, además de integrar el procedimiento de la “base cero” que esencialmente, eliminó o fusionó unos 150 programas.

En ambas circunstancias, se dijo, se trataba de prevenir efectos nocivos en la economía, cuidando la generación de empleos y el gasto de las familias, sin elevar impuestos y absorbiendo el gobierno el costo del ajuste. “El gobierno se aprieta el cinturón”, se dijo una y otra vez.

En esta ocasión, ante la pronunciada desaceleración mundial, los problemas de China y la drástica caída del precio del petróleo (ronda los 20 dólares el barril de la mezcla mexicana), las instituciones financieras mundiales recomendaron a las economías emergentes realizar recortes al gasto público y racionalizar el ejercicio del mismo. En un primer momento, la Secretaría de Hacienda creyó que podría contabilizar lo realizado y anunció, hace apenas una semana, ante la presión del banco de México para realizar un ajuste o tendría que elevar las tasas de interés, un primer anuncio de que, dadas las coberturas contratadas a 49 dólares el barril y la eficiencia interiorizada en el presupuesto base cero aprobado, el recorte al gasto se realizaría en 2017, reduciendo además 15 mil plazas del gobierno.

4. Hechos, no sólo cautela. El deterioro de las perspectivas del sector externo exigía hechos, no sólo cautela, del gobierno mexicano. El anuncio de la intención de ajustar el gasto dentro de un año no fue suficiente. Los mercados miraron con preocupación el deterioro de las garantías de solvencia, que no podrían reponerse a la velocidad que estaban disminuyendo. Lo que estaba sucediendo es que las reservas desacumulaban numerario a un ritmo de 25 mil dólares anuales, ubicándose en 174 mil millones de dólares, cifra muy cercana al monto total de la deuda pública expresada en dólares, que es de 163 mil millones de dólares. Se registraba además, una salida de capitales de 7 mil dólares en el último mes, con lo que la desinversión podría acentuarse de prevalecer el escenario de bajos ingresos petroleros (que son los que esencialmente nutren las reservas) y bajas tasas de interés, ante el atractivo de la seguridad ofrecida por la Reserva Norteamericana (flight to safety).

De esta forma, el gobierno mexicano decidió adoptar un cambio en la estrategia de contención y anticipar el recorte, el tercero, para este mismo año, además de que el Banco de México subió las tasas en medio punto porcentual, retirándose del seguimiento de la normalización que está realizando con mayor gradualismo la Reserva Federal de los Estados Unidos. De manera conjunta, la SCHP y el Banxico anunciaron, entonces, un recorte de 0.7% al gasto en 2016, por unos 132 mil 400 millones de pesos, y la elevación de las tasas de interés de referencia, de 3.25 a 3.75% así como la cancelación de la subasta diaria de dólares hasta por 400 millones que venía realizando desde marzo del año pasado.

5.Los partidos políticos en las encuestas. Siguiendo la tendencia de moda, que es anticipar vísperas de cara a la elección presidencial del 2018, la casa Consulta Mitofksy presentó el más reciente corte de su serie conocida como “La Gran Encuesta”, que permite anticipar, no obstante la recomendación de la propia casa encuestadora de que no es dable hacer pronósticos con una encuesta a tanta distancia de una elección, cuál pudiera ser una distribución posible de los resultados para entonces.

Llama la atención, sobre todo, que la distribución posible se encuentra en los términos en los que se estaría construyendo el terreno para una o varias candidaturas independientes, pues al menos uno de cada tres ciudadanos entrevistados no declaró alguna preferencia, las preferencias por “independientes” superan en el presente las de los cinco partidos preponderantes detectados en el sondeo.

Las preferencias electorales a más de dos años de la elección presidencial muestran entonces el desinterés de los ciudadanos, con mayor percepción de los partidos tradicionales, como son el PRI con 22%, el PAN con 15% y el PRD con 10%, siguiéndole muy cerca el partido de Morena con 8%, en tanto que el Partido Verde estaría alcanzando sólo un 2%, destacándose que este nivel está muy por debajo del que ha mostrado en las recientes elecciones federales, en donde ha sido la quinta fuerza electoral y la cuarta en cantidad de diputados federales obtenidos.

Al revisar la distribución por grupos de edad, el partido más homogéneo en cuanto a sus preferencias entre los distintos grupos poblacionales es Morena, en tanto que el PRI o el PRD muestran debilidad entre el grupo de jóvenes, en donde la opción por los candidatos “independientes” obtienen su mejor resultado, declarando hasta un 42% del segmento de jóvenes que escogería esta opción no partidista. Lo mismo sucede al preguntar por las redes sociales, en donde tanto Facebook como Twitter muestran mayor alejamiento delos partidos y un mejor resultado (entre 38 a 41%) para las opciones “independientes”.

Finalmente, al revisar el porcentaje de rechazo entre los encuestados, los partidos políticos son los que tienen el mayor porcentaje de rechazo que de identidad, destacando que el partido con mayores negativos es el que acumuló el mayor número de preferencias, seguido del PAN, PRD y Morena, en el mismo orden en que se observan las preferencias. En la marca de “identidad”, el PRI obtiene 22.1%, frente a 43% de rechazo; el PAN obtiene 13.7% de “identidad” con 36% de rechazo; el PRD, 9.8% de “identidad”, con 34.9% de rechazo, y Morena, 6.1% de “identidad”, con 32.4% de rechazo.

Si se buscan las lecciones que estos datos pueden darnos, estaríamos ratificando el profundo rechazo de los ciudadanos a los partidos políticos, gestándose un espacio de oportunidad para las opciones no partidistas, externas al sistema, que impliquen renovación o cambio. Algo similar podría deducirse en los partidos políticos, que tendrán que renovarse profundamente en prácticas, discurso y figuras si es que desean apelar a capturar el interés ciudadano, por ahora bastante distante.